Directamente desde oriente
Las ventas navideñas confirman la vigencia del éxito de las portátiles de Nintendo. Las cifras en Japón y EEUU donde Nintendo DS estaba a la venta eran elevadísimas, un motivo para estar tranquilos. Su rival, PSP en cambio, obtenía datos muy discretos y sólo en Japón. Todo sea dicho: sólo allí se había puesto a la venta y con un suministro escaso por el que Sony se disculpó en su momento. El aumento de stocks, cuando en subastas algunos hacían su agosto alcanzando el precio de 600 €uros, dio lugar a un vuelco rotundo: PSP estaba en lo más alto. Su llegada a EEUU prevista para marzo a un precio de 250 dólares puede retardar el desembarco en Europa porque Sony no puede producir bastantes como para abastecer a la demanda.
Visto pues que los datos de competencia real todavía son indiferentes, lo mejor es atender a la consola en sí. Mientras PSP, presentada como “el walkman definitivo” por sus opciones de mp3, visualización de videos enUMD y aplicaciones varias tiene el aspecto moderno y futurista que muchos comprueban en los stands de varios almacenes de nuestro país (sólo para ir abriendo boca) Nintendo DS tiene ese toque retro y aspecto de juguete dado de forma intencionada. Al abrirlo, la disposición de botones bastante tradicional pero duplicando los dos existentes anteriormente en Gameboy, nos deja 4 a la derecha (sobre ellos por primera vez los Select y Start), cruceta a la izquierda, y el interruptor sobre ella. Al iniciar la consola, vemos otro cambio en cuanto a que nos recibe un menú desde el cuál podemos configurar fecha y hora, acceder al Pictochat como detalle pintoresco con que comunicarse para el sistema sin cables implementado (tanto escribiendo como dibujando), y personalización de algunos rasgos menores, entre los que están el acceso al propio menú como opcional (puede elegirse dar preferencia a cartucho) así como la pantalla en que preferimos ver los juegos de Gameboy advance: la superior o la inferior. Esto evidentemente porque a pesar del reducidísmo tamaño de los nuevos cartuchos, en la parte delantera se ha conservado la ranura clásica para garantizar la compatibilidad con todo el amplio catálogo anterior.
En la parte inferior izquierda, un añadido a las opciones de sonido que dicho sea de paso están muy mejoradas respecto a GBA, con los dos altavoces flanqueando la pantalla superior: el micrófono. Sus mayores opciones hasta la fecha pueden descubrirse en el análisis adjunto de Wario Ware Touched!, título todo sea dicho, indispensable en su catálogo.
En la parte superior, opuesta a la entrada “clásica”, está la de los nuevos minicartuchos, el hueco para guardar el ‘stylus’ o lápiz, y los acostumbrados gatillos a uno y otro lado. La ergonomía basada en los diseños habituales resulta efectiva aunque quepa reseñar el reducido tamaño de los cuatro botones, y el cambio sólo llega a la hora de usar el lápiz durante el juego que exige en muchos casos algo de paciencia para acostumbrarse.
Ahora bien, lo que no puede encontrarse en ningún lado es el cable para partidas multijugador. Con opción para hasta 16 jugadores en red wifi para un radio de 30 metros, en juegos como Mario DS es posible la interacción de 4 jugadores con un solo juego introducido y las 3 otras máquinas recibiendo señal sin cartucho alguno.
Para finalizar, la batería, que pasa la nada despreciable cifra de 4 horas cargando, a cambio ofrece de 8 a 10 de duración según el uso que hagamos y la potencia de luz de la pantalla (aunque se ha anunciado una batería de mayor capacidad para PSP, hasta la fecha se citaba su duración como su talón de Aquiles). El resto, lo decidirán los juegos.