Mientras algunos siguen soñando con cómo habría sido la andadura de Sega de continuar en las consolas (incluyendo la imagen adjunta, obra de un diseñador industrial francés llamado Elie Ahovi), la realidad de Sega en cuanto a producción de hardware es bastante más dura. Freak incluso.
Hace un tiempo, publicamos que la casa del puercoespín azul no había tenido mejor idea que crear juegos para el baño. Más concretamente, para jugar orinando. La noticia, progresivamente se fue expandiendo y no había medio que no la publicara en las semanas siguientes: demasiado absurdo como para no tomárselo a risa.
Pues bien, esta semana la noticia ha resurgido con fuerza porque en Sega han anunciado que la cosa funciona: están instalándola en bares y restaurantes nipones con un sistema que permite varios juegos a los clientes.
El coste por consola, no es barato: el equivalente a 1958 dólares incluyendo las pertinentes pantallas en que podemos atender a cosas como a un medidor de la potencia de la orina, o a una señorita a la que se le levanta la falda según la potencia del usuario (¿?). Para quien no dé crédito, un vídeo ilustrativo: