La fortaleza del yen, el elevado precio y limitado catálogo de una apuesta como Nintendo 3DS en un contexto económico extremadamente complejo... Los motivos son varios, la conclusión que Nintendo ha tenido que enfrentarse a la dura realidad del anuncio de las pérdidas en 2011 tras ser una de las compañías más fuertes de los últimos años (acompañada de Nokia en cuanto a grandes marcas con un mal ejercicio).
Es por ello que la reacción no se ha hecho esperar, y Satoru Iwata salió ayer a la palestra para demostrar que hay planes serios para el próximo 2012: anunció que Europa verá a Wii U este mismo año -llegando cómodamente a la próxima campaña navideña- y asegurando que el lanzamiento "se hará correctamente".
Con este último matiz, Iwata se refiere concretamente a los problemas experimentados con 3DS, que sólo tras la reducción de precio del pasado verano y el primer goteo de títulos en los meses inmediatamente anteriores a la navidad, permitieron que la consola vendiera debidamente.
La declaración de intenciones se interpreta por tanto como un compromiso de precio ajustado y de buen catálogo de inicio. A pesar de ello, ni una palabra sobre el precio, la auténtica incógnita y que por la particular apuesta de Wii U y sus mandos-tablet hacen dudar a los analistas sobre las posibilidades reales de ofrecer el producto a un precio competitivo.