El nombre de Marin Hollis no dirá mucho a los aficionados del videojuego, pero sí lo hará el de Golden Eye, emblemático shooter de Nintendo 64 -recuperado recientemente para la nueva generación- basado en la película de Bond y del que fue jefe creativo.
La cuestión es que Hollis ha destacado en la presente GDC de San Francisco por presentar lo que él considera un género repleto de posibilidades: los juegos de amor. Su pasado en los FPS le importa bien poco, y considerando que "el género no existe esencialmente en los videojuegos", quiere explotar las tramas románticas. En serio.
"Hay muchos libros, películas, obras etcétera románticas, es decir, que versan sobre el amor y las relaciones [...] la clave creo que es la moda, todos lo están dando todo por hacer juegos combativos, lo cual a su vez crea un gran filón para quien pueda dar con un videojuego romántico", explica Hollis.
"En 5000 años habrá un Call of Duty 6996 y un Final Fantasy MMMMMX, ¿eso es todo?, los juegos han sido de guerra durante años, ¿por qué no cambiar eso?".
La evolución de su proyecto, para los interesados, en http://dirolab.com/.