"Son ataques de gente con agendas sociales", explica Brett Wahlin -jefe de seguridad de Sony- a la hora de identificar a sus principales enemigos. "Estamos modificando nuestros planes para tratar más con ese tipo de hackers", advierte.
A su modo de ver, un elemento clave en la nueva estrategia es fijar un control en los empleados de Sony, monitorizar sus actividades para que estos no sean utilizados como centro de un ataque que posteriormente se extienda: sus empleados se reparten por numerosos países y pueden ser el objeto inicial de la acción hacker. "Queremos buscar patrones en los comportamientos para que cuando algo raro suceda, poder actuar: algo inusual podría significar que es víctima de un troyano, y en tal caso podemos evitar que los datos se cuelen por debajo de la puerta".
Finalmente, Wahlin también explica que proteger la compra de los usuarios es un elemento primordial para evitar que estos teman adquirir productos en su red, algo con importancia creciente en su plan de negocio.