El segundo y principal es que, frente al espectáculo pirotécnico y a la mecánica de avanzar disparando sobre todo lo que se mueva, podemos optar por la opción del sigilo y la estrategia táctica, usando las habilidades para la infiltración de nuestro espía o situando a nuestro francotirador en posición privilegiada. En esos caso el radar devendrá en un instrumento fundamental por indicarnos, además de los objetivos, la posición, el estado de alerta e incluso la dirección en la que miran los soldados enemigos así como la posición de los compañeros que hayan sido heridos. También, especialmente cuando tenga enemigos pululando cerca, el jugador podrá dar buen uso de la visión en tercera persona, si bien esto será únicamente como recurso de referencia pues cuando usemos esa perspectiva no podremos atacar ni movernos.
El juego ofrece asimismo la posibilidad de realizar partidas en la opción “Campo de batalla on-line”, con hasta ocho participantes en las que además de a los tres personajes principales podremos controlar a sus versiones del ejercito nazi y en las que se tiene la opción de establecer una colaboración de unos con otros para llevar a cabo un objetivo o bien complicarse la vida mutuamente en un todos contra todos.
Aspectos técnicos
Aunque a nivel gráfico los más quisquillosos acusarán de simples e inexpresivos a los personajes no es menos cierto que el movimiento y gestualidad de estos y la gran cantidad de detalles de los decorados –aunque la interacción con los mismos sea casi nula- y su ambientación, con elementos como la niebla, han sido llevados a cabo con mimo. Asímismo, los tiempos de carga entre misión y misión tienen lugar con una rapidez pasmosa, todo un alivio sobre todo en caso de ser descubierto y eliminado.
Donde los chicos de Pyro si han tirado la casa por la ventana es en el apartado sonoro. A una banda sonora con toda la épica inherente al género se añade un cuidado trabajo en la ambientación, en la que el ruido de los objetos o simplemente los ruidos ambientales, consiguen ponernos en situación. La guinda en este apartado la pone el lujoso apartado actoral, del que se encargan actores de doblaje de primera fila como Ramón Langa, Jordi Brau, Claudio Rodríguez y Camilo García, dobladores habituales de interpretes como Bruce Willis, Tom Cruise o Sean Connery y cuya labor otorga al conjunto un matiz cinematográfico muy agradecido.
Conclusión
Con este “reseteo” de su famosa saga, Pyro Studios ha conseguido revitalizar la franquicia evitando caer en la siempre fatal repetición, cambiando de género pero al mismo tiempo preservando sus principales señas de identidad. Quizás el rendimiento en horas de juego sea menor al haber optado por el shooter, pero la variedad de opciones y la conseguida ambientación convierten una partida en toda una experiencia.