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Disgaea 2: Cursed Memories - critica de videojuegos
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Disgaea 2: Cursed Memories

Regresan las crónicas de Netherworld

Un artículo de Pedro Kat || 17 / 1 / 2007

De todas las producciones de Nippon Ichi, Disgaea es la más conocida por los aficionados. Y no es para menos: con una serie de animación propia (estrenada en verano del año pasado) y dos grandes juegos a sus espaldas (además de una versión del primero de ellos para PSP, muy reciente), Disgaea presenta un universo extraño y muy original, a medio camino entre el imaginario tradicional japonés, y un sueño de Tim Burton: el Netherworld. Todo él se encuentra formado por islas flotantes, regidas por los temidos Overlords, señores feudales de los territorios, que luchan codiciosamente entre sí para ocupar más y más espacio a sus dominios. Aunque no solo las entregas de Disgaea están ambientados en esa dimensión: Phantom Brave o Makai Kingdom, títulos firmados también por Nippon Ichi, presentan a otros personajes, habitantes del Netherworld, en sus propias aventuras. Pero Disgaea es especial. Y si hay algo que impacta desde el primer momento es su argumento, a medio camino entre la historia de acción medieval-fantástica, y la comedia. Personajes que rallan en lo absurdo, situaciones cómicas, pingüinos explosivos y hechizos imposibles (Prinnie Raid, un ataque que arroja barreños y pingüinos sobre el rival, se me antoja como uno de los más estúpidos) que provocan la sonrisa, son su mejor baza.

Un error de cálculo



Todos los habitantes de Valdine, una de las regiones del Netherworld en el que trascurre la historia, fueron transformados en monstruos hace años, a manos del Overlord Zenon. Todos, salvo uno: Adell, el protagonista, que continúa siendo humano, aunque todos los restantes miembros de su família se convirtiesen en demonios y comenzasen a perder la memoria. Pronto olvidarán lo que significa ser humanos. Y ahora, tanto tiempo después, es hora de ajustar las cuentas. Adell, enfurecido, quiere acabar con Zenon para romper la maldición de una vez por todas. Así, gracias al poder de invocación de su madre, logra ejecutar con éxito un conjuro para personificar a Zenon ante ellos y poder enfrentarse a él. ¿Con éxito? Cuando el humo y la magia se disipan, la figura que ven ante ellos no es la de un poderoso demonio, sino la de una chica joven con maneras de princesa. Y los problemas comienzan cuando ésta se presenta como Rozalin, la hija del Overlord Zenon.

Adell es todo un caballero y nunca dañaría a una mujer, ni siquiera siendo su enemiga. Incapaces de disolver el pacto otorgado por la invocación, ambos se ven condenados a estar juntos. Y así, Adell acaba prometiendo a Rozalin que la devolverá sana y salva a su padre. De esta manera, ambos verán cumplidos sus objetivos: Adell pretende eliminar a Zenon en cuanto le encuentre; mientras que Rozalin busca regresar junto a su padre, haciendo que él mismo mate a Adell. Cruel ironía del destino.

Pero, desde muy temprano, la trama se irá complicando, añadiéndose nuevas caras a las filas de los protagonistas, como Taro y Hanako, los hermanitos de Adell; Tink, viejo amigo de Rozalin, ahora transformado en rana (y con un trastorno de doble personalidad, todo un personaje); Dark Axel, un demonio rockero que quiere recuperar su fama perdida; Yukimaru, la ninja que acaba todas sus frases con el sufijo ‘Zam’ (y esa es la habilidad por la que se autodefine como ninja), y que vive tan solo para vengar a su pueblo, asesinado a manos de Zenon, o Etna, la ambiciosa y adorable demonio que ya aparecía en la primera entrega de Disgaea, reaparecida en busca de más y más poder. Y así, junto a una retahíla de extras y secundarios mucho más larga (¡tanto como queramos!), nos adentraremos en distintos escenarios del Netherworld, en busca de Zenon... para bien o para mal.

FICHA TÉCNICA DE DISGAEA 2: CURSED MEMORIES

Compañía: Nippon Ichi
Análisis efectuado en: PS2

84

Gráficos:  
No explotan la capacidad de la consola, pero conservan el encanto a RPJ añejo.

90

Sonido:
Una banda sonora que te descargarás de Internet. Seguro.

94

Jugabilidad:
El auténtico punto fuerte del juego: longevo, adictivo y siempre entretenido.
Lo mejor:  

-El retorno de un clásico moderno.
-El genial argumento, que aúna humor y drama sin caer en tópicos (o al menos, no demasiados)-
-Una banda sonora y ambientación luy logradas.
-Múltiples opciones de personalización: ninguna partida será igual que otra.

Lo peor:

-Si no te gustan los Tactics, olvídalo.
-No incorpora apenas vídeos o secuencias animadas: todo son imágenes estáticas con texto, y texto, y texto.
-Como siempre, hay variaciones respecto al original japonés, sobre todo en los nombres de los personajes.

Puntuación:

90

No solo el mejor Tactics, sino el mejor juego de rol para PS2 de todo 2006. Y han habido muchos.



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