Al igual que su compañero Gears Of War, del que todavía no nos habíamos recuperado, Lost Planet entra por los ojos, mete la acción en las venas, atrapa con el extremo cuidado en cada uno de sus frentes y con todo ello le cuesta muy poco hacerse con el jugador para después no darle opción a abandonar su propuesta.
Hablamos de uno de los must have para la consola de Microsoft, un título que salvo para los adversos al género de acción tiene las suficientes cualidades para llegar hasta al más exhausto de los combatientes. Amantes del gatillo fácil que quieran llevar las cosas a otro nivel: si en estos momentos Lost Planet no luce en sus estanterías entendemos que es porque todavía no tienen una X-box 360 junto a su televisor. En tal caso abstenerse de seguir leyendo, la enumeración de sus virtudes podría resultar dolorosa.
Buscando nuevos planetas
Era cuestión de tiempo, el planeta tierra no iba a dar más de sí. Lo dicen incansables ecologistas, el documental de un tipo que iba a ser presidente de Estados Unidos y lo corrobora la ciencia ficción. Esto se acaba. En busca de nuevos terrenos, la conquista de otros planetas y sus recursos es una necesidad. DNE III parece ser el lugar adecuado, pero pronto sus habitantes, unos monstruos horripilantes de una furia feroz, se revelan contra los intrusos.
Nos encontramos con un clima glaciar, la supervivencia exige de herramientas especiales a unas temperaturas que hacen imposible la vida tal y como la conocemos, los Kryd imponen una lucha sin tregua hasta el punto que finalmente se opta por abandonar el planeta. Pero una parte de los humanos establecidos en colonias quedan a su sola merced obligados a buscar armamentos especiales y...
¿De verdad es imprescindible el argumento? Si el estimado lector así lo considera, en Lost Planet se encontrará tramos breves de historia que tras superar cada una de las misiones darán sentido a su vida con una narración elaborada, subtitulada y no doblada. Ahora bien, el jugador agotado de idas y venidas, conspiraciones, engaños, traiciones, y todo tipo de desvaríos sufridos por culebrones previos como impone la lealtad a personajes como Solid Snake, puede lanzarse directamente a uno de los juegos que más colmarán sus ansias de espectáculo desde el primer instante.
En lo que es una certera introducción, el mismo inicio nos deja en un combate directo con uno de esos monstruos de tal calibre que sus primeras batallas las ganan atemorizándonos con su presencia. Esta es una de las grandes aportaciones que puede hacer una máquina como Xbox y el despliegue que nos deja con la boca abierta pronto nos motivará para seguir adelante. Tras esa intensa entrada, el guión nos ofrece incentivos para la trama mientras empezamos con las misiones.
Cada una de ellas nos plantea un objetivo prioritario al que le surgen otros secundarios y que podemos afrontar dentro de unos límites de libertad por más que inicialmente todo haga sospechar que la linealidad va a dejar un margen estrecho. Pero este no oprime gracias a los incentivos de contar con VS (Vitual Suit, más de 10 modelos de grandes robots en que nos introducimos, de los que hay varios tipos y que se hacen imprescindibles para multiples enfrentamientos), armas recolectadas que ganan en contundencia y helados escenarios tan espectaculares como fértiles para la acción que llevan a LP al nivel de los grandes.