No hace mucho, unos desarrolladores sin mucho renombre todavía nos sorprendían con uno de esos juegos que merece estar en la estantería de todo jugador que se precie. Se trataba de Mafia, un título que muchos calificaron enseguida como el GTA 3 de los años 30 y que cosechó muy buenas críticas en general. Ahora, la gente de Illusion junto con los de Pterodon nos ofrecen este excelente juego ambientado en el año 1967, en plena guerra del Vietnam, que no defraudará a ningún amante de la buena acción.
En el juego te metes en las botas del sargento Steven Hawkings, un miembro de las fuerzas especiales que es destinado al campamento de Nui Pek, una base perdida en la jungla desde la que se planean y llevan a cabo todo tipo de operaciones de infiltración, exploración y rescate. Nada más llegar se te enseña el campamento y se te encomienda tu primera misión, que es más bien un entrenamiento. A partir de entonces ya harás misiones reales, con un escuadrón a tu mando. En él cada miembro tiene una especialidad: médico, operador de radio, especialista en armas pesadas, ingeniero y hombre en punta (que sería un explorador y guía). Las órdenes que puedes darles no van más allá de llamarles para que se acerquen a tu posición,
Algunos han dicho que Vietcong es algo así como un Operation Flashpoint del Vietnam. No es así, o al menos no es tan parecido como se dice. En Operation Flashpoint los mapas son vastas extensiones de terreno en la que se nos marca una zona de operaciones, pero nada nos impide salirnos de ella y movernos hasta cualquier otra posición del mapa. En Vietcong esto no es así, aunque la espesura de la vegetación dé esa misma sensación de estar en medio de una inmensa selva, ya que el camino a seguir es bastante más lineal. Por otra parte, Flashpoint es más real que Vietcong, que tiene un cierto componente de arcade, en lo que al combate se refiere. Pero eso sí, la paranoia de estar apuntando a todas partes pensando que hemos visto moverse algo o que eso que seguramente será una piedra puede ser la cabecita de un Vietcong (VC, como los llaman en el juego) es constante. Eso hace que la idea de correr a lo loco en medio de la jungla quede totalmente descartada, dejando paso a un avance mucho más pausado y meticuloso. Además, los enemigos pueden plantar trampas de cualquier tipo en los lugares más insospechados, lo que obliga a extremar la precaución. Cuando nos guíe nuestro hombre en punta, eso no supondrá ningún problema, pero cuando estemos solos ya será otra historia.
Viendo esto, no es de extrañar que la cobertura tenga un papel imprescindible para la supervivencia. Podemos poner a nuestro personaje en 3 posiciones: de pie, agachado y estirado. También nos podemos esconder tras las rocas o troncos caídos y asomarnos desde esas posiciones para disparar a los VC que nos esperan en la jungla. Si hay algo que abunda en este título son los intercambios de disparos, ¡y es que los VC también saben cubrirse muy bien!
Entre misión y misión estaremos en nuestro búnker. En este espacio personal hay un poco de todo: fichas de las armas que han ido apareciendo en el juego, tanto de amigas como enemigas, fichas personales, diario del personaje (que no solo abarca las misiones que hace, sino también los días de entremedio), una radio con música original de los 60 y con muchas canciones por escuchar y una carpeta con las instrucciones de la siguiente misión que podemos consultar cuando nos queramos embarcar en ella. Por otra parte, podemos salir del búnker para dirigirnos al campo de tiro, donde podremos probar todas las armas que se hayan visto hasta el momento, y que en fases avanzadas del juego ya son muchas y de todo tipo. Y es que muy probablemente te quedes sin munición en tus misiones, así que tendrás que echar mano del armamento enemigo. Tal y como pasaba en la vida real, te verás en más de una ocasión tirando tu Thompson o tu M-16 para tomarle prestado un AK-47 a un VC muerto.
Otro de los puntos muy bien conseguidos en Vietcong es el de la jerga militar. Al principio es un poco enrevesado y más de uno tendrá que estar mirando el manual cada dos por tres para averiguar lo que dice el comandante durante el briefing previo a cada misión, así como en el transcurso de las mismas. Por otra parte, el lenguaje grosero es más que habitual en las frases que dice tanto tu personaje como sus compañeros, hecho que realza la crudeza del juego.
El apartado gráfico es bastante bueno, pero con el denso follaje que predomina en todos los escenarios, Vietcong es un juego que pida bastantes recursos para poderse ver en todo su esplendor. Los personajes están realmente bien modelados, y las texturas son muy buenas. Las animaciones también están a la altura, destacando en concreto las animaciones faciales. Los efectos climatológicos también hacen acto de presencia, reduciendo nuestro campo de visión.
El apartado sonoro está más que bien logrado. Cada arma tiene un sonido característico, tanto que cuando tengamos un poco de práctica y nos ataquen podremos saber con qué tipo de fusil nos disparan. Las voces reflejan perfectamente las del clásico soldado del Vietnam que podemos ver en las películas. Un punto curioso es el de las granadas cuando explotan cerca. En ese momento oiremos un pitido continuo que será más o menos intenso y largo dependiendo de la distancia a la que se haya producido la explosión.
Como fallos hemos de decir que la IA del juego no es precisamente su punto fuerte. A veces veremos como uno de nuestros hombres corre contra una pared durante 5 minutos, cosa que resulta harto molesta cuando necesitamos que nos siga para poder seguir con nuestra misión. Los enemigos normalmente actúan bien. Se cubren, corren cuando les cae una granada cerca... pero a veces también cometen errores tontos. Igualmente, nada que sea demasiado entorpecedor para el juego.
En definitiva, un juego que todo amante de la acción debería tener. Un equilibrio perfecto entre realismo y acción 3D al estilo arcade. Una buena elección, sin duda.