Sobreviviendo en las calles
Burnout Paradise ofrece competición y tensión en estado puro. A pesar de los numerosos cambios, la mayor diferencia frente a anteriores Burnout radica en que aquí se nos dice donde esta la salida y donde está la meta (generalmente al otro extremo de la ciudad) pero para llegar primeros podemos realizar el recorrido a nuestro antojo, sin ningún tipo de limitación. Con unos coches capaces de alcanzar “la velocidad absurda” (véase la loca historia de las galaxias) tal y como manda la tradición de la serie, tener que mirar el mapa en busca de un atajo es como firmar tu sentencia de muerte. Desde tiempos inmemoriales, existe en Burnout una ecuación que se cumple a rajatabla: parpadear es igual a castañazo descomunal, por eso siempre ha sido mejor terminar la carrera con los ojos resecos pero victoriosos al fin y al cabo. Siempre queda el recurso de pulsar “select” y estudiar el mapa detenidamente, aunque termina por romper totalmente el ritmo de carrera y el espíritu Burnout. Además resulta difícil girar a tiempo por donde desearíamos debido a la gran velocidad con que nos desplazamos.
Otra de las ayudas en carrera que nos indican la dirección es los intermitentes de cada vehículo, emitiendo un sonido e iluminándose hacia la dirección correcta para seguir en el próximo cruce, idea que ya pudimos disfrutar en las dos entregas de “The Getaway”, pero utilizada en Burnout nunca llega a ser del todo eficaz porque de nuevo distrae nuestra atención mientras averiguamos cual es el sentido del giro. Este pequeño pago por disfrutar de un entorno libre para el jugador quizá se podía haber evitado limitando de alguna manera el recorrido, multiplicando los atajos respecto a las anteriores entregas o al menos incluyendo la opción de reiniciar la prueba al gusto de cada uno, sobre todo en las carreras puras. ¿Quizá para un futuro parche?, el tiempo lo dirá, pero sí es evidente que durante las carreras “normales” también los “takedowns” han perdido protagonismo ya que podemos pasar gran parte de la carrera sin entrar en contacto con nuestros rivales.
Modos y más modos
“Caza y captura” se ha convertido desde ya en nuestro modo de juego favorito. Durante estas carreras nuestra mayor preocupación será la de llegar “vivos” a la meta mientras intentamos evitar las continuas embestidas de nuestros perseguidores. Como la carrera termina en el momento en que quedemos destrozados (lo cual dependerá mucho de la clase de vehículo escogido) en nuestras manos está la libertad no solo de buscar el camino más corto a la meta, sino de localizar al mismo tiempo los talleres que nos pillen de camino para reparar nuestro vehículo en carrera, sin duda el modo de juego más beneficiado por el diseño abierto de Paradise City. Siguiendo con los modos, disfrutaremos como antaño con “Furia al volante” acabando con el número de rivales necesario para ganar antes de que ellos nos destrocen. El anteriormente conocido como “modo crash” se integra en cualquier momento de juego, ya que bastará con pulsar una simple combinación de botones para comenzar una prueba en esta modalidad, utilizando el turbo para rebotar contra el asfalto y sobre todo los demás vehículos para conseguir la puntuación más alta, una de las vías para conseguir dominar las calles de Paradise City.