A la oscarizada actriz afroamericana, el protagonismo de personaje de cómic desempeñado en Catwoman parece que le ha hecho encontrar su sitio. Su personaje de Tormenta en X-Men no puede seguir siendo accesorio, por más que ello contradiga el espíritu de grupo de la creación de Stan Lee. A la baja en dirección de Bryan Singer, inmerso en la producción de Superman Returns, se le añadiría un problema adicional que puede terminar por afectar a la imagen y resultado de las dos entregas anteriores, que gozaron de muy buena acogida por parte del público.
Halle Berry, que era uno de los incentivos mediáticos de esta tercera parte, podría quedarse así fuera del casting vista la contundencia con la que ha expresado su necesidad de un papel destacado, y no parece del todo probable -e incluso poco respetuoso- que se modifique el planteamiento a su juicio. Con un estreno previsto para el 2006, la dirección corre a cargo de Matthew Vaughn (con escasa experiencia en dirección, Layer Cake, si bien lleva años ejerciendo de productor), y el texto que la chica Bond desea cambiar lo firman Simon Kinberg y Zak Penn (irregular como pocos, desde El último gran héroe a Elektra, y que ya participó en la segunda parte).