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Un conejo sin orejas - critica de cine
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Un conejo sin orejas

Parecidos razonables

Un artículo de Fernando Ramírez || 05 / 5 / 2009
un conejo sin orejas

Las peripecias y malentendidos, rodados a velocidad pop, surgirán insistentemente para inflar la escasa originalidad de su metraje.

Después de dos años de reposar plácidamente en las estanterías de alguna distribuidora se estrena Un conejo sin orejas, tercer largometraje del actor, guionista, productor y director Til Schweiger, a quien veremos próximamente en el reparto de la última obra de Quentin Tarantino, Inglorious Basterds. El gran público lo descubrió en la amable comedia de Sönke Wortmann, El hombre deseado, que supuso un pequeño gran éxito del cine europeo de mediados de los años 90.

Su nueva propuesta va camino de convertirse en otro taquillazo continental puesto que lleva ya más de 10 millones de espectadores en toda Europa y más de 40 millones de euros de recaudación sólo en su país de origen, habiéndose situado entre las 25 películas más vistas de la historia germana. Cabe pensar, pues, que la comedia romántica con forma de tarta azucarada está volviendo a ser primera línea de interés en los patios de butacas y que, además, el impresionante físico de su protagonista ha ayudado sobremanera a llenar las salas de la mitad del continente. El poder de convocatoria de Schweiger queda comprobado, además, con la inclusión en su propuesta de cameos y participaciones de conocidos actores alemanes. Tal es el caso de Jürgen Vogel, protagonista de La ola o Daniel Brühl, el ídem de la aplaudida Goodbye, Lenin.

Su trama gira en torno a Ludo, un paparazzi atractivo y seductor que se toma la vida muy poco en serio y a quien sólo le preocupa la diversión. A causa de un percance mientras intenta tomar la instantánea de un conocido futbolista, Ludo se ve obligado a hacer 300 horas de servicios sociales en una guardería que conmutarán su pena en la cárcel. Descubrirá que, en el centro, tendrá que trabajar con Anna (Nora Tschirner), una antigua compañera de colegio de su infancia a quien había ridiculizado constantemente. Por supuesto, las iniciales diferencias entre los protagonistas se traducirán en un incipiente cariño que les hará acercar posiciones hasta el consabido final rosa.

Cualquiera que observe su premisa constatará sin mucho esfuerzo que ya hemos asistido a argumentos que funcionan con idénticos mecanismos en la indústria norteamericana. Y es que Un conejo sin orejas pretende ser una comedia romántica americana al uso, esmerada en la fotografía, con el galán de turno que luce palmito enfundado en jerseys informales de diseño y la chica-patito feo que acaba ganando el corazón del apuesto guaperas de la función. Sobra decir que las peripecias y malentendidos entre ambos, rodados a velocidad pop, surgirán insistentemente para inflar la escasa originalidad de su metraje.

Pero ese afán por la construcción de una comedia romántica made in Germany, aunque con los preceptos made in Hollywood no acaba ahí. La comicidad que se nos plantea se podría haber tomado de cualquier comedia adolescente à la American Pie o peor aún, à la Scary Movie, aunque en ciertos momentos pretenda emular a cintas hoy míticas como Cuando Harry encontró a Sally por citar un ejemplo, sin por supuesto lograrlo. Sus gags se revelan disonantes y caen en un ejercicio de estupidez que lastra la propuesta. También el manido argumento del altivo playboy que se saca su lado más enternecedor de la manga cuando es obligado al servicio social, remite al núcleo central de una conocida serie de televisión americana que gozaba de una mayor calidad, The guardian (puestos a ver parecidos podríamos decir que Nora Tschirmer es la Scarlett Johansson alemana: ambas poseen rostros semejantes, tienen tics reminiscentes y ejercen su papel de igual manera).

Eso sí, todo se encuentra aderezado con bonitas postales de rincones berlineses, prémieres glamourosas de las altas esferas, amenas conversaciones sobre los sexos opuestos, alguna que otra sentencia ingeniosa y una banda sonora trufada de hits en lengua inglesa que incluye a nombres sobradamente conocidos como Timbaland y One Republic, Keane, Bloc Party o The Killers por aquello de subrayar la modernidad de la comedia actual y para destacar además el marcado acento yanqui, tan deseado por Schweiger.

Volviendo al principio, las cifran cantan por sí solas y las taquillas claman al cielo así que sólo queda decir que el respetable entusiasta de la comedia edulcorada con toneladas de moralina y risa fácil degustará con especial devoción este pastel-pastiche.

FICHA TÉCNICA DE UN CONEJO SIN OREJAS

Título original: Keinohrhasen

Fecha de estreno: 30-04-2009

Web oficial: www.key2media.com/unconejosinorejas |

Año: 2007 Duración: 116 min

Director: Til Schweiger

Guión: Til Schweiger, Anita Decker
Intérpretes: Til Schweiger, Nora Tschirmer, Jürgen Vogel

Lo mejor:  

-Su banda sonora y su fotografía.
-Los actores pueden resultar simpáticos

Lo peor:

-Todo lo demás

Puntuación:

2

Comedia romántica alemana con mucha pretensión sólo apta para devotos fans del género que se conformen con cuatro risas mal hechas y el consabido final feliz.



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