Cuatro discos de estudio (y principalmente una canción, la ya mítica “More than words”) convirtieron al grupo norteamericano Extreme en un referente dentro de la escena del rock duro. Sin embargo, su separación en 1996 truncó todas las expectativas puestas sobre ellos. Tras varios proyectos paralelos de diversa índole, ahora vuelven con su formación casi al completo para defender en directo su nueva criatura, Saudades de rock. Hablamos con Nuno Bettencourt, guitarrista y líder de la banda, sobre su triunfal regreso.
Ante todo, felicidades por este nuevo lanzamiento, un álbum que esperaban con ganas todos vuestros seguidores desde que en 2007 anunciasteis vuestro regreso.
Gracias. Nos sentimos muy bien por haber regresado. Estamos bastante nerviosos, a la espera de saber qué dirán nuestros seguidores acerca del nuevo disco.
¿Cómo fue el acercamiento previo, el modo en que enfocasteis la grabación de este disco?
Lo cierto es que no pensamos demasiado en ello. Hace un año nos metimos en una habitación y nos pusimos a tocar todos juntos durante un par de semanas. Así fue como dimos con todas estas canciones.
¿De dónde surge la decisión de grabar este álbum?
Básicamente queríamos ganar un montón de dinero. No, es broma (risas). Ya nadie se hace rico vendiendo discos. La cuestión es que Gary y yo siempre hablábamos de ese tema, y no queríamos salir de gira sólo por dinero o por pura nostalgia, ya que son motivos equivocados para hacerlo. Si lo hacíamos queríamos que fuera sólo porque teníamos música que nos gustara mucho, y que pudiéramos compartir con todo el mundo.
A la primera escucha da la impresión de ser un disco muy optimista, muy vitalista. ¿Era vuestra intención o es sólo mi imaginación?
Seguramente es que refleja cómo nos sentimos ahora. Nuestros discos siempre reflejan cómo nos sentimos, y creo que escuchando este disco canción a canción te das cuenta de que ahora mismo nos sentimos muy bien, muy contentos de volver a estar juntos, de haber grabado y de lanzarnos de gira otra vez. No es que sea algo que se vea reflejado a propósito, sino que ha salido espontáneamente, de una manera honesta.
Han pasado unos 13 años desde vuestro anterior disco como Extreme, Waiting for the punchline. ¿Qué ha cambiado para vosotros en estos 13 años?
¡Vaya! Muchas cosas. Seguro que tú has cambiado mucho en los últimos 13 años, y lo mismo se aplica a muchos de nuestros seguidores: se habrán casado, tal vez divorciado, habrán tenido hijos, se les habrá muerto algún miembro de la familia... La vida implica cambios. Y cualquier cosa que te haya pasado en la vida afecta al modo en que compones, al modo en que tocas tu música y a tu estado psicológico. Para nosotros han cambiado muchas cosas.
¿Qué destacarías, entre tantos cambios?
Durante en estos años he grabado algunos discos con otros proyectos paralelos, como Drama Gods o Satellite Party. Este segundo ha sido el que más me ha marcado, trabajando con Perry Farrell (ex Jane’s Addiction y Porno For Pyros). Para mí fue una experiencia tan mala que casi terminó por ser buena. Es una de esas cosas que te cambian la vida y te hacen darte cuenta de que quizá sea el momento de recoger tus cosas y regresar al hogar. Para mí Extreme es mi hogar.
¿Os ha resultado difícil plasmar vuestro sonido, después de tanto tiempo?
No. En Extreme siempre hemos sido bastante egoístas como grupo. No nos sentamos a intentar crear cosas que puedan complacer a los demás. Tampoco intentamos pegar fuerte y ser el grupo del momento, ni tratamos de sonar “clásicos” como si se tratara de nuestros discos antiguos. Siempre hacemos lo que nos apetezca en ese momento, ese es el enfoque que adoptamos. Queremos reflejar cómo sonamos actualmente, sin intentar cambiarlo ni llegar a algún sitio diferente para intentar encajar allí. Siempre hemos hecho algo que nos encanta.
¿Habéis mantenido vuestra forma de trabajar, o habéis innovado?
Creo que sencillamente hemos mejorado, siendo conscientes de qué está bien y qué está mal. No hemos malgastado tiempo con cosas que no valían la pena. Cuando tenemos ante nosotros un diamante espectacular, muy brillante, sabemos reconocerlo.
¿Por qué habéis elegido un título en portugués para Saudades de Rock? ¿Qué significa exactamente ese título? Supongo que fue idea tuya elegirlo.
Bueno, nací en Portugal y estoy muy conectado con mi cultura. No se trataba tanto de sonar cool por utilizar un título en portugués, sino que fue por el significado de esas palabras, que describían perfectamente cómo nos sentíamos, y tal vez cómo se sentirían nuestros seguidores. Saudade es una palabra muy poderosa que no existe en ningún otro idioma, y creo que describe muy bien los sentimientos después de todo este tiempo que hemos dejado pasar. Es un sentimiento que tienes en tu corazón y tu alma, acerca de algo o alguien que has echado de menos y que tienes muchas ganas de volver a ver, pero no estás seguro de si ese reencuentro tendrá lugar o no.