Hasta tres álbums nuevos, aparte de la "banda sonora" del espectáculo que Michael Jackson estaba preparando con This is it. La maquinaria de la industria de la música, más o menos sana en estos tiempos de piratería y nuevas formas de negocio de difícil adaptación, sigue con su voracidad. Ello a pesar de que con This is It se inició la explotación del legado musical con un rotundo ridículo, presentando como nueva una canción que no lo era, parte de una estrategia que probablemente todavía nos dé sorpresas: se desconoce exactamente qué hay entre el amplio catálogo por explotar, cuánto de ello serían nuevas composiciones y cuánto descartes de álbums anteriores.
En todo caso, el acuerdo alcanzado con Sony se ha cifrado según The Wall Street Journal en 250 millones de dólares, un hito a la altura del fenómeno. Algo que podría parecer razonable atendiendo a los 31 millones de álbums que en la época del mp3 se han vendido desde el óbito del artista.
Se calcula que prácticamente la mitad de lo acordado irá destinado a saldar deudas contraidas por Jackson. En todo caso, antes del final de este mismo año el primer álbum debería estar listo según apuntan todas las noticias (hay quien afirma que se podría hacer coincidir con la fecha de su fallecimiento, en tanto otras fuentes se dirigen hacia el periodo navideño para convertirlo en el regalo estrella), una fecha de referencia para el sector por ver qué cifras de vértigo pueden alcanzarse. Y por si fuera poco, se anuncia que el mercado del videojuego estaría incluido en la estrategia.