Rectificar es de sabios. Aunque en casos como el que nos ocupa, quizá sería más preciso afirmar que habría sido de necios perseverar. Si había una cierta unanimidad en que Microsoft había servido en bandeja el puesto de consola esperada a Playstation 4 al exigir conexión diaria a internet y limitar el uso de juegos de segunda mano para Xbox, ahora se desdicen absolutamente: anulan las controvertidas medidas, competirán en igualdad de condiciones.
"Compartir juegos será algo que se haga como hasta ahora: sencillamente compartirás el disco. Los juegos descargados no podrán ser compartidos", explicó Don Mattrick, presidente de la división Xbox. La retirada es tan amplia que incluso se abolirá la limitación regional de tal forma que puedan compartirse juegos de EEUU-Europa-Japón.
Tras este cambio sobre aspectos esenciales, queda solo el precio 100 euros más caro para Xbox One (si bien el Kinect parece justificarlo) como única diferencia.