Después de haber sacado vuestro segundo disco, ¿qué valoración haríais de vuestra trayectoria musical hasta ahora, tanto en la nueva etapa de Savia como en la anterior con Sôber?
Alberto: Ahora mismo estamos pletóricos porque con este disco hemos conseguido formar ya una banda. Lo que empezó como un proyecto más personal de Carlos dentro del seno de Sôber ahora ha acabado convirtiéndose en una banda estable. Todo empezó con unas canciones que tenía Carlos a las que quería dar una salida que no fuera a través de la banda madre. Comentó si quería colaborar con él y acabamos haciendo un primer disco con pocos ensayos y bastante improvisado en el estudio. Yo creo que para ser un primer disco quedó muy aparente. Se podía ver por dónde queríamos ir. Lo que pasa es que todavía no tenía la personalidad suficiente y había demasiadas reminiscencias hacia Sôber. Con la incorporación tanto de Jesús Pulido como de Fernando Lamoneda creo que le hemos dado esa vuelta de tuerca. De hecho hay gente que ha dicho que podríamos dar un paso más y llegar a hacer un tercer disco como Savia. Este disco está titulado como el propio nombre del grupo, ya que queremos que sea, entre comillas, como nuestro primer disco. Realmente estamos muy contentos con las canciones, con la producción y con todo en general.
Tal como apuntáis, ha habido una evolución clara desde el primer disco de Savia hasta éste. ¿Cuáles son las novedades más importantes que nos encontramos al emprender la escucha de vuestro nuevo trabajo?
Carlos: Creo que este disco es bastante más enérgico, más roquero incluso. Tiene un sonido más crudo y agresivo, entre comillas, porque hemos intentado que la producción tenga conceptos de directo. Realmente nuestro productor Alberto Seara que es el que viene haciendo todos los directos de nuestros conciertos nos propuso trasladar esa naturalidad y fuerza del sonido en el escenario al disco. Una guitarra totalmente a la derecha, otra a la izquierda; batería en medio grabada de una forma natural, sin mucho efecto y sin sustitución con samples; nada de hacer yo dos voces diferentes, los coros los haría Jesús... Utilizamos técnicas para conseguir aquello con lo que la gente se iba a encontrar encima del escenario. Muchas veces hemos llegado a grabar tantas cosas en estudio que luego no sabemos cómo llevarlo al directo, qué guitarra de todas elegir y acabamos utilizando muchas secuencias disparadas. Creo que este disco es muy natural, muy rockero, y desde que empieza hasta que acaba ofrece una dinámica muy superior.
Alberto: No queríamos que el disco estuviera superproducido. Hemos tenido muy en cuenta los instrumentos que hemos elegido para la grabación. No queríamos utilizar muchas reverbs o tener que doblar muchas veces la guitarra. Si el sonido de guitarra era el que nos gustaba, ése era el que iba a quedarse en la mezcla final, sin ir mirando cómo retocar con compresores o ecualizadores. Por ejemplo, hemos estado afinando los toms de la batería con tonos, dependiendo de la canción. Son pequeñas cosas que pueden parecer un poco exageradas pero en el resultado final hacen que realmente suene muy potente. Yo creo que la producción es la mejor que hemos hecho hasta el momento. Suena muy natural, aunque tal vez sea un poco arriesgada si nos fijamos en las producciones que se están realizando ahora, en las cuales está todo superproducido, con muchísimos coros, con las guitarras dobladísimas... Pero sí queríamos ese toque vintage que se está perdiendo un poco ahora con las nuevas tecnologías (aunque nosotros estemos usando el sistema ProTools en estudio, por ejemplo). Darle un poco la orientación de las producciones antiguas. Utilizar las cámaras del propio estudio para los efectos de las voces, no doblarlas con la misma voz... acercarnos como hemos dicho antes al sonido en directo.