Corren los años 70, pero del siglo XXI (2079). La tierra lleva veinte años de guerra con los alfa centauri, una fuerza alienígena genéticamente superior. Un científico gubernamental, llamado Spence Olham, ha desarrollado una arma, con la cual la humanidad puede lograr la victoria. Mientras su vida transcurre feliz junto a su mujer, aparece Hathaway, un agente del gobierno que le acusa de no ser quien es, sino de ser un replicante enemigo infiltrado. Alentado por demostrar que todo es un error, logra escapar.
Por momentos tanto la ambientación como la línea argumental recuerda a Blade Runner (replicantes, ambientes oscuros, alta tecnología...). Esto de debe a que otra vez, hollywood a echado mano de un relato corto de Philip K. Dick, autor de Blade Runner, Desafío Total o Minority Report para poner nuevamente de manifiesto una crisis imaginativa en que lejos de buscar ideas originales y nuevas formas de expresión, se repiten fórmulas que tan bien les han funcionado antaño y que ahora no dejan de ser un “quiero y no puedo”.
Aún así “Infiltrado” no deja de ser una película interesante de ciencia-ficción en que se mezcla de algún modo el thriller psicológico y la intriga, a través de una persecución por escenarios entre altamente tecnológicos y particularmente decadentes, en donde muy patente la gran diferencia de clases existente, tanto como si de una novela de Dickens se tratara.
La línea argumental, aunque en un principio parece algo caótica, logra enganchar al espectador, usando fórmulas y estereotipos ya clásicos del cine americano y de ciencia-ficción.
Como curiosidades apuntar que la película llevaba casi dos años pendiente de estrenarse en España y que tuvo bastantes recortes presupuestarios debido a lo cual se tuvieron que utilizar imágenes de Gatacca y Starship troopers y parte del vestuario de esta última...