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Harry Potter y la Orden del Fénix - especial de cine
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Harry Potter y la Orden del Fénix

Un artículo de JBA || 11 / 7 / 2007

Sigue resultando sorprendente que un relato con unas bases tan aparentemente inocentes y con aspecto de ir dirigido al público infantil, haya logrado crear un mundo propio y adoptar unos rasgos tan maduros como para hacerse con un público mucho más amplio que al que inicialmente se apuntaba. Cierto que en su primer libro las limitaciones eran algo mayores y aparentaba menos recorrido la vida de Harry Potter, el niño mago que desde su mismo nacimiento sobrevivía al ataque de Voldemort (o vaya, “El que no debe ser nombrado”) gracias a la protección del amor de su madre, quedando huérfano y bajo el “cuidado” de una familia de Muggles/no magos de lo más desagradables. Pero también cierto que se vislumbraba algo de su potencial.

J.K. Rowling, gracias a lograr un mérito tan impensable como colocar un libro en las manos de todo niño en la generación del videojuego se ha convertido en una figura de primera línea en la literatura moderna, aun cuando eso también le dé el honor (en sus propias palabras, pues lo comparte con Mark Twain, J.D. Salinger y William Holding entre otros) de estar en la lista de los libros más prohibidos de EEUU.
En algún rasgo biográfico o de su personalidad debería encontrarse la explicación para la facilidad con que se introduce en las emociones de un niño aparentemente desprotegido que encuentra en un mundo fantástico un reconocimiento -si bien oscilante en todos sus libros, demostrando los caprichos de una opinión pública cambiante- y en donde tan pronto es un genio como una potencial amenaza. Hija de militares y la mayor de dos hermanas, precisamente la relación con su hermana menor, enquistada desde el primer momento (el atractivo de esta la reducía a la niña bonita mientras ella quedaba encasillada como la niña inteligente) fue el inicio de sus exhibiciones fantásticas: a pesar de sus constantes peleas, en sus escasas treguas, se convertía en su gran aliada y amiga a la que deleitaba con sus fantásticas historias.
Esta práctica encontró un punto en el que eclosionar cuando a principios de los 90 y durante un viaje en tren obtuvo la inspiración para su querido Potter. Durante un trayecto repleto de ideas se hizo con el punto de partida para una historia que quedaría definitivamente transformada por el momento en que su madre falleció víctima de una esclerosis múltiple y que marcó al fuego la forma de describir las emociones de Harry a propósito de la muerte de sus padres.
Desde entonces sus historias han ido evolucionando desde una inicial estructura clásica que partía siempre de una misma base: Harry en casa de sus repugnantes tíos rescatado de alguna forma, el final del verano como salvación con la llegada a un colegio repleto de novedades asombrosas, con un nuevo profesor inquietante -esas Artes Oscuras... -, y un reto que va creciendo alrededor de pequeñas aventuras y que suele acabar con Harry cuestionado públicamente antes de un enfrentamiento final que le devuelve su condición de héroe.
Pero con el tiempo su esquema se ha ido rompiendo a favor del avance de la trama, y eso se evidencia en El Orden del Fénix tras el desenlace de El Cáliz de Fuego. Personajes que finalmente desvelan su verdadera naturaleza, mortífagos que se revelan como tales y protagonistas que caen mientras las cosas se ponen verdaderamente serias, constituyen en conjunto una rica forma de marcar la evolución de una lectura: a libro por año la serie de Potter ha acompañado a muchos niños en un proceso paralelo de maduración.
Como desarrollo de algunos de sus elementos habituales, la habitual desconfianza que Potter ha generado previamente en cada una de sus historias se magnifica en La Orden del Fénix en un juicio donde apenas Dumbledore cree en él mientras las evidencias del regreso de Voldemort son pasadas por alto por quienes prefieren creer que el niño miente antes de afrontar una suerte de apocalipsis. Como profesora de Artes Oscuras, en esta ocasión aparecerá una Dolores Umbridge que encarna una figura de puritana a inquisitorial, estomagante y malvada a partes iguales y que pondrá a prueba la paciencia del protagonista y de parte importante del alumnado. En lo que se refiere a los leales de Harry, estos también crecerán en protagonismo de manera proporcional a las circunstancias: como respuesta al ejército que se está formando en las sombras alrededor de “El que no debe ser nombrado”, Potter organiza El Ejército de Dumbledore, un grupo de jóvenes magos clandestino preparado para combatir a golpe de varita contra sus enemigos.

Harry Potter y la Orden del Fénix