BELÉN RUEDA, MADRE CORAJE
Belén Rueda ya había desbaratado con su interpretación secundaria en ‘Mar Adentro’ (premiada en 2005 con el Goya a la mejor actriz revelación) los prejuicios de muchos hacia sus inicios televisivos. ‘El Orfanato’ es la confirmación plena de su talento, en un papel principal de perturbadores puntos en común con su propia vida que para J.A. Bayona exigía “parecer muy vulnerable y al mismo tiempo poderosa como madre”. Rueda, favorita desde ya para los innumerables premios anuales que se sucederán cuando termine 2007, adelgazó ocho kilos durante el rodaje y arrancó en más de una ocasión al equipo aplausos espontáneos al terminar las tomas.
Rueda es secundada por un plantel envidiable: Fernando Cayo, que interpreta al marido de Laura, fue escogido por el director porque “su cara no es conocida para el gran público pero siempre acaba robándole la escena al actor principal”. A Cayo volveremos a verle próximamente en ‘Mataharis’, de Iciar Bollaín, como a Mabel Rivera, que en ‘El Orfanato’ encarna a una psicóloga policial que intenta ayudar a los protagonistas. Rivera también fue galardonada con un Goya por ‘Mar Adentro’, en su caso en la categoría de mejor actriz secundaria.
Completan el reparto de la película Roger Princep, un chaval que para Bayona “respira verdad y a las dos semanas me estaba preguntando por las motivaciones de su personaje”; Geraldine Chaplin, como una médium superada por los fenómenos inexplicables que suceden en torno a Laura; y Montserrat Carulla, una de las actrices más reputadas del panorama teatral catalán.
DE NIÑOS, DESEQUILIBRADAS Y CASERONES SINIESTROS
El cine de terror, como la escalofriante literatura que le ha precedido, tiene un filón en la hipersensibilidad femenina, la ambigüedad emocional de los niños y los edificios tétricos. En el cine español de los últimos años podríamos citar ‘Los Otros’ (Alejandro Amenábar, 2001) y Frágiles (Jaume Balagueró, 2005) como ejemplos. Pero los referentes obvios para unos y otros, como no duda en reconocer el director de ‘El Orfanato’, son ‘The Haunting’ (Robert Wise, 1963) y ‘Suspense’ (Jack Clayton, 1961), a las que podríamos sumar ‘Al Final de la Escalera’ (Peter Medak, 1979) y ‘El Otro’ (Robert Mulligan, 1972). Este cuarteto de obras maestras hicieron del miedo basado en la sugerencia y en las implicaciones psicológicas de lo narrado modelos de referencia.
Sin embargo, aunque pueda parecer increíble vistos los efectos tan espectaculares que llega a causar en el público, este tipo de terror es muy poco practicado a favor de estilos mucho más burdos y explícitos. Aun así, es posible rastrear en tiempos recientes películas magníficas en un registro similar: las japonesas ‘Dark Water’ (2002) y ‘Ringu’ (1998), ambas realizadas por Hideo Nakata; ‘El Sexto Sentido’, de M. Night Shyamalan, ésta sí una producción muy taquillera; o ‘El Espinazo del Diablo’ (2001), co-escrita y dirigida por el productor de ‘El Orfanato’, Guillermo del Toro. Otros films más discutidos por los aficionados pero que también valdría la pena mencionar son ‘El Resplandor’ (Stanley Kubrick, 1980), ‘Historia Macabra’ (John Irvin, 1981), ‘El Último Escalón’ (David Koepp, 1999) y ‘Premonición’ (Sam Raimi, 2000).