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Judd Apatow: ¿autor de culto o cheque sin fondo? - especial de cine
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Judd Apatow: ¿autor de culto o cheque sin fondo?

De agudo productor a director de éxito

Un artículo de Pablo Vázquez || 04 / 1 / 2008

APATOW TV



Estaba buscando freaks para un cásting de Freaks and Geeks en Canadá y descubrí a Seth Rogen. En esa época contaba sólo dieciséis años y ya tenía completamente desarrollada una capacidad cómica alucinante.

El tono de sus dos películas, astuta mezcla de humor loser y sentimentalismo romántico, comenzaría a tomar forma en dos series de televisión producidas por Apatow. La primera, Freaks and geeks sería una serie juvenil ambientada en un instituto durante los años ochenta, protagonizada por James Franco, Linda Cardellini y Seth Rodgen, que luego aparecería en prácticamente todas las producciones de Apatow, llegando a protagonizar la exitosa Lío embarazoso. Dirigida a un público más adulto y siguiendo la estela de éxitos como Friends o Seinfeld, pero con una si cabe mayor importancia al cásting y a la caracterización de los personajes, Underclared fue el segundo gran sueño televisivo de Apatow que llegó a buen puerto. Ninguna de estas series supuso un gran éxito, pero ambas cosecharon una buena cantidad de seguidores, lo que contribuyó a consolidar el prestigio y el nombre de Apatow dentro de la comedia. Lo que nos lleva a…

VIRGEN A LOS CUARENTA



Da auténtico terror enfrentarte a la primera película porque sabes que si lo haces mal nadie volverá a confiar en ti. Es como una especie de cásting para empezar una carrera.

Judd Apatow: ¿autor de culto o cheque sin fondo?

La primera película de Apatow tras la cámara tal vez fuera la consecuencia de una muy premeditada opción artística y comercial. Zorro viejo de la industria, el productor prefirió dejar de lado el humor incómodo para el gran público y dejarse querer por las masas, y el resultado fue una película inverosímil, antipática y carente de auténtico espíritu. Público y crítica coincidieron en señalar que esta historia de un cuarentón inadaptado con sus problemas con las mujeres y su iluminado viaje hacia la “normalidad” a través del amor era más humana y honesta, cuando en el fondo esa humanidad era postiza y escondía un cinismo de tomo y lomo. Lo peor de todo es que el truco se veía a la legua: sin ir más lejos, Sandler siempre ha jugado en los dos bandos, pudiendo ser tanto el gamberro más tocapelotas (Billy Madison, Little Nicky) como el más firme defensor buenrollero de los valores tradicionales y los causas progres (Click, Os declaro marido y marido), pero lo ha hecho con gracia y manteniendo una cierta coherencia. La impresión que deja su película es que a Apatow todavía le quedan comer unas cuantas sopas.

LÍO EMBARAZOSO



Si estás paseando con Judd, te encuentras con un monumento y le comentas algo, al estilo de “¡Qué tía más buena!”, él te mirará fijamente con odio. Puedes intentar excusarte diciendo “Tranquilo, tío, que yo todavía quiero a mi mujer”, pero él te seguirá odiando (Adam McKay, director de El reportero)

Judd Apatow: ¿autor de culto o cheque sin fondo?

Partiendo de una premisa no demasiado original pero endiabladamente eficaz y sugerente –una chica atractiva y con un futuro prometedor en el mundo de la televisión se queda embarazada de un vivalavirgen gordo y estúpido, tras una noche loca regada de alcohol-, Apatow construye en su segunda película algo parecido a una comedia freak crepuscular, es decir, una película que vende enseguida su alma marciana al mejor postor, utilizando su recurrente excentricidad únicamente para vender la misma moto de siempre: la familia, la crisis de la edad madura, la necesidad de asumir responsabilidades, y las bondades del matrimonio y el amor verdadero. Lío embarazoso cuenta con más de un punto en común en su desarrollo y tono con películas tan discutidas en su momento como Nueve meses o Recién casados: el empleo de lo raro como catalizador de la normalidad, confirmando el mensaje de Virgen a los cuarenta. Apatow ha llegado a afirmar que con esta película pretendía hacer una oda a los eternos adolescentes; si es así, el desastre es absoluto. Lejos de títulos ya míticos como Movida en el Roxbury, ¡Hoy mojamos! o las dos entregas de Clerks, el resultado final es una bajada de pantalones en toda regla, un patinazo sin gloria que no defendería ni a tiros la diferencia como sinónimo de la pureza y la autenticidad, sino más bien como una fase que hay que enterrar cuanto antes para abrazar la verdadera naturaleza de la vida. Tiene bemoles que una comedia supuestamente mordaz nos intente colar este cuento, a estas alturas.

El porqué de su éxito deberíamos achacárselo a la habilidad del Apatow guionista, que mezcla en adecuadas dosis el humor (no demasiado divertido) y la ternura (de pega), y a su probada habilidad para construir personajes verosímiles, reforzada por unas cuantas escenas verdaderamente logradas, como el enfrentamiento con el gorila de la discoteca. Pero más importante me parece señalar los méritos de excelente cuarteto protagonista, en el que brillan con luz propia la adorable Katherine Heigl y Paul Rudd, secundario de oro que tras la incomprendida El novio de mi madre se confirma como una de los actores más guapos y carismáticos de su generación.

¿EL FUTURO?



Tengo demasiados proyectos en marcha, pero no me veo capaz de decir que hay que detenerse un momento y tomarse las cosas con calma. Es como un sueño hecho realidad.

Tras el éxito de sus dos primeras películas como realizador y de la reciente Supersalidos, una comedia adolescente de notable eficacia pero discutible trascendencia dentro del género, Apatow parece decidido a tomar el cetro del nuevo rey de la comedia norteamericana. Y no olvidemos que es un productor que escribe y dirige, no un actor que puede quemarse con una decisión errónea de su agente, por lo que no resulta desventurado profetizar que su reinado será largo y estable. Estoy casi seguro de que sus siguientes películas serán mejores de lo que no ha ofrecido hasta ahora como director, pues en ningún momento dudo de su talento y mucho menos de su oficio. Sus proyectos, ya de entrada, tienen una pinta exquisita: The Dewey Cox story, una parodia de los biopics musicales con John C. Reilly y Paul Rudd interpretando al mismísimo John Lennon; Pineapple express, protagonizada por los “freaks and geeks” James Franco y Seth Rogen; y por último pero no menos importante You don´t mess with the Zohan, que supondrá su encuentro, e íntima colaboración, con el clan de Adam Sandler. Desde luego, para bien o para mal, vamos a tener Judd Apatow para rato.

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