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Iron Man - critica de cine
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Iron Man

Una gran debilidad conlleva una gran responsabilidad

Un artículo de Diego Salgado || 30 / 4 / 2008

Robert Downey Jr. se ríe de su condición de bala perdida mediática, y la incorpora a Stark convirtiéndose de inmediato en su rostro como ha ocurrido pocas veces en películas de este tipo

Constituye un lugar común el afirmar que sólo en momentos de crisis las personas sacamos lo mejor de nosotras mismas, posiblemente por un mecanismo de pura supervivencia. Y es lo que le sucede al millonario Tony Stark cuando, en un viaje a Afganistán para promocionar su último ingenio armamentístico, es herido de suma gravedad en una emboscada y se ve obligado a desarrollar para un señor de la guerra el mismo misil del que presumía días antes frente a sus socios y clientes, los militares norteamericanos.

Será en una cueva que metaforiza un útero del que emergerá un nuevo hombre, un hombre consciente de que son sus recientes debilidades, y no sus riquezas o poderes pasados, las que le salvarán como ser humano, donde Stark fragüe su primera armadura, que le servirá para escapar de sus captores y regresar a los Estados Unidos. Allí tendrá que combatir, mientras refina su creación superheroica, contra un enemigo mucho más peligroso que un terrorista analfabeto: el establishment económico y militar del que había formado parte hasta entonces.

La agresividad que despliega Iron Man en este aspecto es tal que nos vimos forzados a constatar en los créditos finales que las fuerzas armadas, en efecto, han apoyado con sus medios la producción del film. Porque a la sorpresa de no hallarnos ante un espectáculo descerebrado más, típico del zafio verano que se aproxima; que Tony Stark y su evolución ética son fascinantes, hay que sumar el chocante punto de vista que ofrece la película sobre las imposturas de la moral capitalista que mueve al país más poderoso del mundo. Hasta el extremo de que no sería descabellado hacer una lectura política relacionada con los nuevos aires que soplan, veremos su intensidad final, entre las barras y las estrellas.

Pero lo que hace de Iron Man una magnífica película, es que tanto las notas psicológicas como las críticas se engarzan sin disonancias en un conjunto orgulloso de sonar como un gran espectáculo, una película de superhéroes hecha con convencimiento y entusiasmo. Tan minuciosa como Batman Begins pero sin sus ínfulas mal concretadas; tan luminosa como Los 4 Fantásticos pero sin su infantilismo; tan absorbente como la saga X-Men, pero ni la mitad de afectada…

Los méritos hay que adjudicárselos sobre todo al guión, que arranca con un cliffhanger propio del J.J. Abrams de Mission: Impossible III, prosigue con una esquemática pero muy precisa definición de los personajes y sus relaciones, y muestra una chispa humorística en los diálogos y en situaciones muy vistas que no sólo invalida la creencia de que una superproducción ha de ser estúpida por definición —pensamos en Piratas del Caribe, y en Transformers, y en Shrek Tercero, y en Ocean’s Thirteen—, sino que además contribuye solapadamente a profundizar en unas criaturas más desvalidas y solitarias de lo que podría pensarse en un ambiente de tanto glamour (véanse el regalo con dedicatoria que le hace a Stark su secretaria, Pepper Potts; o las divertidísimas conversaciones de Tony con sus herramientas).

Quizás los ejecutivos de Marvel Studios, en esta primera ocasión en que la editora de cómics se ha lanzado a la producción en solitario, han decidido dejar claro cuál será su hoja de ruta, es decir, un respeto mínimo por la actividad de hacer películas a partir de sus personajes, más allá de llenar la caja registradora. O a lo mejor, simplemente, han sabido apreciar en lo que valía el libreto depositado sobre sus mesas. El caso es que el casting, por ejemplo, ha sido muy inteligente, empezando por un muy inspirado Robert Downey Jr. que se ríe de su condición real de bala perdida, y la incorpora a Stark convirtiéndose de inmediato en su rostro como ha ocurrido pocas veces en películas de este tipo. La elección del director se preveía más arriesgada pero Jon Favreau (Zathura, Elf) ha logrado lo más importante, armonizar esa melodía de la que hablábamos haciendo honor, en colaboración con su montador Dan Lebental, a sus intenciones de “narrar de manera transparente y calar en el humor y los caracteres, con el mayor realismo posible dentro del género”.

Ese realismo afecta también a los efectos visuales, magníficos pero nunca desproporcionados, así como a la fotografía y al diseño de producción. Iron Man está tocada por la gracia, pero esa sensación no surge de la nada, sino de la emocionante profesionalidad de un Hollywood del que hemos despotricado a menudo y que, en está ocasión, nos da una lección de cómo hacer algo no inyectando únicamente dinero, también corazón. Tony Stark es Iron Man.

FICHA TÉCNICA DE IRON MAN

Título original: Iron Man

Fecha de estreno: 30-04-2008

Web oficial: www.ironmanmovie.com |

Año: 2008 Duración: 127 min

Director: Jon Favreau

Guión: Mark Fergus, Hawk Ostby, Art Marcum, Matt Holloway
Intérpretes: Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Jeff Bridges, Terrence Howard, Shaun Toub, Jon Favreau.

Lo mejor:  

-El reparto (con mención especial para Downey Jr., Shaun Toub y Gwyneth Paltrow).

-El cariño y buen hacer que laten en cada imagen.

Lo peor:

-En su segunda mitad decae al verse obligada a repetir el esquema típico de cualquier comic-book.

Puntuación:

7

Para quien quiera reconciliarse con el cine USA de gran presupuesto.



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