Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
Smoke: Auster x Wang - Pantalla Invisible - blogs de cine
Buscar en
Estás en CINE >> BLOGS >>

Smoke: Auster x Wang

Un artículo de Eduard Terrades || 28 / 2 / 2011
smoke

La vida transcurre en una pequeña comunidad de la Octava Avenida de Broklyn, promoviendo encuentros casuales entre varios personajes que fuman como carreteros; la vida da segundas oportunidades en Smoke (1994), un largometraje que ha embellecido las calles de este condado de Nueva York, y que supuso la fraternidad entre el escritor Paul Auster y el cineasta de origen chino Wayne Wang.

Resulta curioso que lo menos importante en este filme, cuyo título parece determinar la temática explícita de la trama, sea precisamente la acción de fumar. Sí, todos los personajes son fumadores empedernidos, pero lo que realmente cuenta son sus traumas personales, sus intimidades nunca reveladas, sus actitudes antes las adversidades que se les presentan y, en definitiva, sus quehaceres diarios. Hablamos de una serie de personas que comparten el mismo estanco regentado por un hombre rudo (Harvey Keitel), cuya máxima es la de vivir al día a día, obsesionado eso sí por los recuerdos que emanan de sus álbum de fotos, tomadas todas delante de su propio establecimiento con una cámara robada. Seres solitarios que afrontan la vida con coraje transitan su establecimiento: un escritor de best-sellers soltero que se hospeda en un acogedor loft, un chaval negro que ha robado dinero a una banda y que busca a su padre, y una libertina que soborna a Keitel (y que parece ser su ex-esposa). Una red social de difícil entendimiento que servirá para tejer una serie de vínculos emocionales marcados principalmente por las diferencias generacionales.

smoke



Paul Auster siempre ha comentado que el origen de este proyecto se encuentra en un relato corto que publicó allá por el año 1990 en el diario New York Times en plena época navideña. Allí es donde aparece por primera vez el personaje interpretado por Keitel (el estanquero Auggie Wren) que, siguiendo la rutina matinal, se dedicaba a fotografiar a la misma hora (las ocho en punto de la mañana) el paisaje urbano desde la esquina de enfrente de su negocio. Un leitmotiv presente en el filme, y que asimismo sirve para narrar otro cuento de Navidad al final del mismo, en dónde se explica el origen de la cámara robada. La premisa enlaza además con la figura del novelista, ya que éste le pide a su amigo Wren que le cuente alguna de sus jocosas anécdotas para que pueda utilizarlas como inspiración para un cuento que le han encargado del… ¿adivinan? ¡New York Times!

En este aspecto la producción queda bien resuelta: historia autobiografía cíclica que establece el devenir de los personajes. El problema se encuentra en que el filme está estructurado en varios capítulos que, a pesar de sus buenas intenciones en cuanto a cohesión dramática, no terminan de vincularse los unos con los otros. Sobre todo merece remitirse a la trama (prácticamente paralela) que envuelve a Wren con su ex-mujer, pues ésta última le asegura que tuvieron una hija que ha caído en la drogadicción y le pide su ayuda económica para sacarla del pozo en el que habita. No resulta demasiado creíble y no aporta nada al conjunto, lo que provoca cierta incredulidad e invita a especular sobre la posibilidad de que le estén tomando el pelo al bueno de Keitel (y efectivamente, así es).

smoke



Lo más importante es que los personajes tuvieron mucha más trascendencia de la que se les da en el largometraje, pues Auster y Wang (co-directores de la misma, a pesar de la notoriedad que solamente adquirió el realizador de procedencia hongkonesa después de presentar el filme) decidieron explorar sus mundos en una especie de spin-off: Blue in the Face (1995). En realidad esta cinta, presentada un año después del éxito internacional de su antecesora, fue un experimento que rodaron en poco menos de una semana mientras terminaban de rodar algunas secuencias de Smoke, incorporándose personalidades tan dispares como Madonna, Lou Reed, Mira Sorvino o Jim Jarmusch (¡verlo para creerlo!). Un curioso programa doble pues que debe entenderse como un logro artístico fruto del buen entendimiento entre Wang y Auster. No en vano recogió distintos premios, básicamente por su dirección y por el personaje que bordó magistralmente Keitel. Entre los premios probablemente el más destacado fue el Premio Especial del Jurado del Festival de Berlín otorgado ex aequo a Wang y Keitel.

Smoke promovió un tipo de cine americano indie muy cercano al espíritu Jarmusch, impregnándose además del aroma de Wim Wenders. Wang abraza la ciudad de Nueva York como si hubiera nacido en ella, del mismo modo que lo hace Abel Ferrara (casualmente Keitel era uno de sus actores fetiche por esa época), pero a diferencia del director ítaloamericano, ofrece una mirada amable que atisba horizontes de futuro, y en el que los encuentros casuales responden a la llamada del azar. Y hablando de casualidades (léase curiosidades), la presencia de Forest Whitaker (concretamente la del personaje que encarna) será básica para resolver una de las historias, tal vez la más emotiva de ellas, que evoca ese destino no resuelto predicado por sus autores.

smoke




Pantalla Invisible

La sección en donde se dará a conocer obras perdidas del cine, de ayer y de hoy, con el objetivo de que lleguen al espectador con mayores inquietudes cinéfilas

Actualización: Lunes.

Blog administrado por Eduard Terrades

Buscar SMOKE en

Buscar SMOKE en NEWS









© Revista Fandigital.es 2000-2015
Revista iPad / | Contactar