Nació en Tokio en 1938, después se fue a vivir a Noruega hasta los 17 años, edad en la que se marchó a Londres para estudiar teatro. De nuevo en Noruega se dedicó al teatro hasta que Bergman le propuso trabajar en Suecia donde se convirtió en su musa. Sonríe con facilidad y sus ojos azules se llenan de lágrimas en cuanto se habla de Bergman, con el que además de descubrir el cine, tiene una hija. Tras cuarenta años como actriz decidió volcarse en la dirección. Recientemente vino a Barcelona para recoger un merecido homenaje que le concedió La Academia del cine Europeo por su gran contribución al cine.
Un día decide dirigir. Antes lo ha comentado, que es como si se hubiera estado preparando para la dirección. ¿Cuánto le ha ayudado ser actriz a la hora de afrontar el cine desde detrás de la cámara?
Desde luego, en la interpretación es muy importante que afloren los secretos incluso aquellos que a veces ni siquiera el propio actor sabe que guarda, y en esos secretos para destaparlos está el primer plano, que te deja al descubierto ante la cámara.
Y el teatro, ¿lo prefiere a la hora de trabajar al cine?
Es una pregunta muy difícil de responder, me siento bien en ambos medios, aún así me parece muy importante para el actor, el descubrimiento del propio yo y para eso la cámara es importantísima juega un papel primordial, mientras más cerca tengo la cámara, más me desnudo como actriz, más trasmito mis pensamientos y no lo tomes esto como algo narcisista, más bien de mostrarme a todos de tal forma que mi rostro no sea sólo lo que se ve en ese momento sino que en ese momento el público está viendo toda mi vida.
¿Usted piensa de sí misma que es mejor actriz o directora?
Soy buena actriz, tengo talento que antes no sabia como usar, pero Bergman me enseñó a hacerlo, él me considera una buena actriz -y yo creo que él es un genio- y eso me ha dado mucha confianza en mi misma; como directora, creo que el hecho de haber empezado con cincuenta años, fue un mal comienzo.
Habiendo trabajado en Hollywood, no dudó un momento en volver a Europa, hábleme de su experiencia americana.
Bueno estuve nominada en los sesenta por Cara a cara de Bergman y Los emigrantes de Jan Troell, pero no me los dieron y esto supuso una enorme decepción en ese momento; después he sabido que es lo mejor que pudo pasarme, seguramente me hubiera quedado en EEUU y no me habría casado con Donald, ni hubiera dirigido. Quizás seria una de esas actrices que hemos comentado antes, que olvida el cine. En Hollywood, respondiendo a tu pregunta, hice malas películas, pero fue la experiencia, me gustó mucho y además me sirvió para ganar dinero y después pude volver a Europa y a seguir trabajando.
¿Cuál es a su juicio la verdadera diferencia del cine europeo?
El cine europeo es capaz de mostrar experiencias importantes en la vida del ser humano y esto hace crecer al espectador, el cine europeo va más allá del puro entretenimiento.
Sus próximos proyectos...
La casa de muñecas de Ibsen.
Proyecto por cierto muy criticado por protagonizarlo una estrella norteamericana como Kirsten Dunst.
Entiendo que me critiquen pero parecen olvidar que el proyecto es americano, y por eso ellos quieren rodarlo en inglés y a pesar de que a mí me apetecía rodarlo en noruego, entiendo que a veces hay que transigir.
¿Algún director con el que le gustaría trabajar?
Si, desde luego, sobretodo con uno vuestro, me dejaría tentar por Almodóvar.