En 2004 llegaba a una amplia mayoría de multisalas comerciales un thriller que causó cierta expectación por la manera en como se desenvolvía buena parte de su trama: Cellular, rodada por el cuestionable David R.Ellis (Serpientes en el Avión), pero basado en un relato original de Larry Cohen (¡el creador de Maniac Cop!), asimismo adaptado a guión cinematográfico por Chris Morgan (siendo ésta su opera prima en cuanto a escritura cinematográfica), basaba su puesta en escena mediante la relación que se mantenía desde un teléfono móvil entre una mujer secuestrada (Kim Basinger) y un ciudadano anónimo preocupado por recuperar a su ex. Una producción que no pasará a la historia del séptimo arte, pero que sirvió para que los hongkoneses le echasen el guante, compraran los derechos y la rehiciesen en un mejorado y prolongado remake que recaudó un buen pastizal en su país, por mucho que aquí ignoremos su existencia.
Kim Basinger es la damisela en apuros (significando el renacimiento momentáneo de esta mítica diva sexual que en los años 80 pasó de modelo a actriz de la noche a la mañana), interpretando a una bióloga a la que encierran en una buhardilla sin que sepa quienes son sus captores ni que pretenden conseguir con su acción. Por suerte consigue reconectar un viejo teléfono (hecho trizas por gentileza del martillazo que Jason Statham efectúa sobre el aparato en cuestión) y contactar con un atolondrado joven (Chris Evans sin un ápice de gracia) que en esos momentos está conduciendo por la autovía. A pesar de la incredulidad de este último, decide seguirle el juego y, teniendo en cuenta que un viejo inspector a punto de coger la jubilación anticipada no le hace demasiado caso (el siempre increíble William H.Marcy), decide tomarse la justicia por su cuenta. Después de una longeva persecución por las vías de L.A., el rapto del hijo de la protagonista y descubrir que detrás del secuestro hay varios policías corruptos que pillaron in fraganti al marido de la bióloga filmándolos mientras asesinaban a tres camellos y se quedaban con la mercancía, todo parece ponerse en contra del pobre muchacho, pero en última instancia el veterano policía decide sumarse a la fiesta, al mismo tiempo que el video queda registrado en el móvil del chaval y consigue chantajear a los secuestradores. Las nuevas tecnologías terminan imponiéndose a las actividades criminales.
Cellular decidió aprovecharse del 3G; la revolución en la telefonía móvil empezaba a implantarse de forma normalizada. Siendo consciente de ello, Larry Cohen exploró las nuevas utilidades del aparato para proyectar una trama que innovó desde el plano conceptual, pero que formalmente falló por su montaje (muy poco depurado, demasiado acelerado) y por leves fallos en la escritura del guión que entorpecen el conjunto (¿cómo sabe el protagonista qué cargador necesita cuando irrumpe en una tienda de móviles porque se está quedando sin batería?). Tal vez en manos de Antoine Fuqua, Joel Schumacher, Tony Scott o (puestos a soñar despiertos) Michael Mann hubiera ganado en cuanto a dirección. Conscientes que tenían en sus manos una bomba de relojería y que podían hacerla estallar por todo lo alto, los productores de Hong Kong confiaron en la astucia narrativa de Benny Chan para encargarle el oportuno remake: Connected se estrenaba un 25 de Septiembre de 2008 en las multisalas de Hong Kong y Macau ante la mirada expectante de los productores norteamericanos.