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Quatermass: el profesor que salvo al mundo.

Vigilando los cielos

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde || 15 / 3 / 2005

El film, que esquivaba la ya conocida formula de los ovnis y los invasores de motivaciones peregrinas y armamento fantástico, se destacaba del resto de producciones del género por el aspecto realista con el que Guest narra los hechos, el cual deviene casi en documental en escenas como la del registro de la caja negra del cohete, lo cual otorga un aterrador aspecto verista al conjunto. Destacable es asimismo el trazado de los personajes y sus interacciones, desde un catatónico y escalofriante Carroon, cuya esposa no puede (o no quiere) comprender la verdadera naturaleza de su marido, hasta el propio Quatermass que, curiosamente y pese a su protagonismo, nos es descrito como un hombre de pocos escrúpulos, maleducado e incluso antipático, lo cual contrasta con su compañero, el inspector Lomax (Jack Warner) de carácter afable y carismatico que a diferencia de su taciturno camarada prefiere mostrarse escéptico en todo momento frente a cualquier posibilidad que escape de lo normal. Ambas características contribuyen a dotar de tensión y dinamismo al film, que se sobrepone así a sus limitaciones presupuestarias.

El estreno en 1955, supuso un éxito de gran calibre que permitió recuperarse y dar así inicio a su época dorada como motor de cine fantastico y de terror durante las dos siguiente décadas.

Segundas partes sí son buenas

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Casi paralelamente al estreno del film Kneale retomó al personaje en otro serial de idéntico formato que nuevamente supuso un gran éxito y originaría la inevitable adaptación fílmica titulada, al igual su antecedente televisivo, Quatermass II (Idem, 1956) de nuevo con Guest y Donlevy aunque en esta ocasión contando con la colaboración directa del propio Kneale.

Aprovechando el mayor presupuesto, la trama propuesta era mucha mas ambiciosa: Quatermass investiga una serie de misteriosas lluvias de meteoritos de extraña composición. Sus pesquisas les llevarán a él y su equipo al descubrimiento de un complejo industrial donde los alienígenas trabajan conforme a un plan de colonización al que pasa por la aclimatación y el lavado de cerebro de los seres humanos, a los cuales utilizan como trabajadores en sus instalaciones. Finalmente, tras escaramuzas varias, el protagonista conseguirá destruir el satélite que sirve de control a los invasores mediante el uso de un cohete aeroespacial.

En esta ocasión el tono alegórico de la ciencia-ficción de los 50 se hace mas patente, mediante el retrato de ese invasor encubierto de pensamiento uniforme y tendencia al control totalitario de inevitable comparación abstracta con los fantasmas de la guerra fría, en una trama que supone un precedente de la contemporánea La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasión of the Body Snatchers, 1956) o la posterior serie televisiva Los invasores (The Invaders 1967-68). El film, en su conjunto, resulta ser superior incluso a la primera entrega, manteniendo el pulso narrativo y el ajustado retrato de los protagonistas que Guest ya habia mostrado en el film anterior, pero apostando por suerte por ir mas allá y contar con un argumento que no era una mera repetición del original.

Dejó además para el recuerdo escenas de gran dramatismo como aquélla en la que los alienígenas intentan crear la disensión en el grupo protagonista, después de que este se haya hecho fuerte en una instalación desde la cual pueden dar al traste con el plan de los alienígenas manipulando el sistema de ventilación de las enormes cúpulas que los albergan, y logrando que un par de los sitiados decida abandonar solo para que luego averigüemos de forma escalofriante que han sido liquidados y sus cuerpos usados para bloquear los conductos de ventilación; o el espectacular clímax final con los alienígenas fusionándose para dar forma a una masa viscosa de tamaño gigantesco, imagen que pasaría a engrosar la galería de momentos cumbres del género. El éxito en taquilla acompañó merecidamente a esta secuela que rompía la proverbial consideración acerca de las segundas partes.

Quatermass: el profesor que salvo al mundo.



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