Contadnos un poco de la historia del grupo. ¿Cuándo se forman Los Vengadores?
(Coque) Cada uno andaba por su lado, metidos en distintos grupos, aunque en alguno de ellos ya habíamos coincidido con anterioridad. Nuestro proyecto se forjó de verdad cuando entró Pablo, y desde entonces estamos trabajando poco a poco. En un principio grabamos unas maquetas y fuimos tocando a las puertas de diversas compañías, probando suerte, hasta que Universal nos dio el visto bueno.

¿Cómo funcionáis a la hora de componer?
(Pablo) Componemos los cinco. Es lo bueno, que somos un grupo de cinco amigos. Hay uno que trae la idea original en cada canción: escribes algo, o se te ocurre algo sobre la música, y luego en el local lo trabajamos todo. Esa idea original se le puede ocurrir a cualquiera de los cinco. Ha sido una suerte, porque si este disco tiene 12 canciones ten en cuenta que las hemos elegido de entre 30 o 40 que teníamos preparadas entre todos. Que haya cinco compositores es un lujo, porque así te sobran las ideas.

¿Tenéis un local fijo donde ensayar?
(Pablo) Sí, tenemos un sitio en Madrid que compartimos con otro grupo, Orestes, que son buenos colegas. Nosotros somos un grupo de local, venimos desde abajo. Queremos aprovechar esta oportunidad que tenemos porque sabemos lo que cuesta llegar aquí. Hemos tenido una suerte increíble en ese sentido.

Tengo entendido que os habéis fogueado mucho tocando en directo, principalmente en pequeñas salas de Madrid.
(Coque) Sí, la verdad es que prácticamente hemos tocado en todas las salas de la ciudad. Además, siempre que hemos tenido algún problema o nos han cerrado alguna puerta, nos hemos ido a cenar y después directamente a ensayar. Así es como hemos ido pasando nuestras pequeñas depresiones, a base de optimismo y de trabajo. A nosotros nos gusta tocar, tanto en el local como luego en directo, haciéndoselo llegar a la gente.

¿A que se debe ese “Sí” tan rotundo con el que habéis titulado vuestro disco?
(Coque) Por varias razones. Una por casualidad: la primera y la última canción del disco empiezan con un “sí”, un deje de la voz que luego en postproducción se corta, pero nuestros productores decidieron ambos dejarlo ahí. Por otro lado, es un título muy positivo que define lo que queremos desarrollar en nuestros temas. Pero la razón que a la postre siempre recordamos es esta: cuando los de la discográfica iban a venir por vez primera a vernos ensayar en el local, con nuestro fichaje en el aire, llegué con dos carteles de DIN A3 con un “Sí” enorme y los puse en la pared. Cuando estaba estudiando Publicidad uno de mis profesores siempre decía que era un truco que funcionaba para crear una imagen positiva hacia el producto. Era una especie de mensaje subliminal. Parece ser que funcionó, porque al acabar la sesión ya teníamos discográfica.

En este disco habéis trabajado con dos productores de renombre como Fernando Montesinos (Pereza) y Nigel Walker (La Oreja de Van Gogh).
(Pablo) Con Fernando llevamos tiempo trabajando, empezamos hace cosa de dos años a grabar maquetas. Era un lujo poder contar con él, y desde el primer momento se involucró en el proyecto, así que lo teníamos claro a la hora de grabar el disco. Con él lo grabamos casi entero, y nuestra discográfica sugirió que Nigel Walker produjera un par de temas, por el simple hecho de tener algo distinto. Nos daba un poco de miedo que peligrara la homogeneidad, pero estamos muy contentos con el resultado. Ojalá pudiéramos contar con ambos para nuestro segundo disco, cuando llegue.

Además, Nigel Walker ha tocado la guitarra eléctrica en uno de los cortes.
(Pablo) Sí, uno de los que él ha producido. Le gustaba la canción y me pidió participar, así que le enseñé a tocarla. Está muy bien, porque así hay un contraste. La forma de tocar de cada uno es distinta, así que aunque toques los mismos acordes no suena igual.
(Coque) Nos hubiera encantado invitar a más amigos músicos que tenemos para que tocaran también, pero al ser el primer disco queríamos enseñar lo nuestro y más adelante ya se verá.