La versión para Nintendo DS
Es de agradecer que Square Enix no haya caído en el error de adaptar el original a los tiempos que corren. Hoy en día parece que la chavalería solo se acerca a un RPG tradicional si se maquilla con gráficos 3D (caso de FF III o FF IV) o con nuevos modos y sprites renovados (como ha ocurrido con Dragon Quest IV y V). Un remake, al estilo de los que esta compañía está perpetrando con otros de sus clásicos hubiese hundido en la miseria a un título que es perfecto desde sus títulos de crédito hasta el último sprite que anuncia su conclusión.
Bajo su apariencia de RPG para todos los públicos se encierra un concepto complejo y rompedor para la época en la que se diseñó; llegados a un punto de la aventura las diferentes tramas se ramifican de forma drástica, dando al jugador la posibilidad de finalizar la odisea de diferentes maneras en varias líneas temporales abiertas a lo largo de la historia, llevándonos hasta trece finales diferentes, algunos drásticamente distintos entre sí, que en esta edición se han ampliado a 14.
Lejos de ser una tarea titánica, este planteamiento es tan agradecido que la propia aventura invita a explorar todas las posibilidades para desbloquear los diferentes desenlaces. Este sistema de avance y desarrollo fue novedoso en su momento y continúa siendo precedente en la actualidad; no nos limitamos a cumplir diferentes objetivos para lograr un porcentaje final, sino que la vida de los protagonistas con los que jugamos depende de las acciones y decisiones que tomemos en la aventura.
En la línea más dura de los RPGs el grupo de aventureros va ampliándose con nuevas incorporaciones (estereotipadas) y sufre las consabidas bajas de rigor (elemento introducido dos años antes que la histórica muerte de Aeris en FF VII). El sistema de mejoras y experiencia es agradecido y sencillo, y los ataques combinados y magias no causan ningún dolor de cabeza; a pocos minutos jugados se logra el dominio absoluto en las estrategias de turnos que plantea.
Finalmente hay que añadir que la banda sonora implica al jugador como pocos scores en juegos conocidos: las dosis de tensión, alegría, miedo etc, se encuentran perfectamente suministradas por el compositor, sabedor de que si la música transmite lo que el guión requiere, el trabajo de conexión con el usuario está realizado casi al completo.
Siendo por tanto este título la joya que es, resulta increíble que su distribuidor en España haya permitido que llegue sin la pertinente traducción. Es cierto que no es excusa no lanzarse a por él solo por que no se encuentre localizado, pero lo que no es de rigor es que con esta jugada se relegue a este lanzamiento a ser un must-have solo reseñado por los veteranos del mundillo.
Chrono Trigger fue perfecto en la década de los 90 y sigue sentando cátedra en el siglo XXI. Ahora que muchos lanzamientos de rol han perdido el alma, que se han convertido en productos para emos adolescentes, este port nos recuerda que, más allá de los gráficos, potencia y demás vainas, lo importante es crear una experiencia de empatía con el jugador. Algo que logra desde sus primeros minutos. No esperéis otros quince años a descubrirlo.