Tecmo Koei sabe cómo mantener contentos a los fans del género musou, lanzando no solo títulos de su saga principal (Dinasty Warriors) Sino distintas colaboraciones, como las entregas de One Piece o el más que notable Hyrule Warriors, en exclusiva para Wii-U
Crea tu imperio
Omega Force no pierde el tiempo, quizá su plantilla sea casi tan grande como los enemigos que vamos masacrando en cantidades industriales en todos sus juegos. Es por ello que en los últimos tiempos hemos disfrutado de Dinasty Warriors 8, de su versión Xtreme Legends y en una nueva vuelta de tuerca con el título que nos ocupa, con la coletilla de Empires. Más que una coletilla lo que implica la palabra Empires es la intención de que nosotros como jugadores controlemos el destino de un imperio, fusionando la estrategia con los combates en tiempo real que siempre han caracterizado la saga.
Lejos de ser un mero relleno, gestionar bien el imperio es vital para terminar triunfando en este modo de juego, ya que tendremos 50 años de tiempo para llegar a cumplir los objetivos fijados. El tiempo se va midiendo por meses, en los cuales tomaremos decisiones como reclutar comandantes o gestionar alianzas con otros territorios, con los que tendremos que reunirnos y ver si somos capaces de tener éxito en las negociaciones, un modo extenso y bastante complejo en cuanto a opciones, pero también bastante satisfactorio.
Como siempre: más y más
Para comenzar a unificar nuestro imperio, tendremos que combatir, anexionar territorios y mejorar nuestras arcas, ya que en función de nuestras decisiones recibiremos una serie de pagos con el paso de los meses. Una vez comenzamos, nos veremos inmersos en una interface llena de menús, con bastante texto que leer y decisiones que tomar. Con los turnos divididos en meses, podremos mandar espías a territorios rivales, construir infraestructuras en los que ya poseamos, etcétera, teniendo especial importancia la construcción y mejora de las instalaciones militares, ya que llegado el momento todo ello se verá reflejado en las características de nuestras tropas. Como no podía ser de otra forma y a pesar del gran peso de la parte estratégica, finalmente el campo de batalla será donde se decida la supervivencia o caída de nuestro imperio.
De vuelta al combate
Una vez en el barro, podremos controlar a uno de los 83 guerreros disponibles, divididos entre las distintas facciones. Volverán los viejos conocidos como Cao Cao (y las misiones de rebeliones de los turbantes amarillos) y los combates directos y sencillos, pero tremendamente adictivos. En pocos juegos terminaremos la batalla acabando con más de 500 bajas, y nos quedamos cortos en la mayoría de los casos, a pesar de que no tengan una profundidad aplastante y solo corramos cierto riesgo contra los comandantes enemigos.
Si lo que queremos es crear uno propio, también podremos hacerlo gracias al editor incorporado, donde el gran número de opciones nos permitirá personalizar nuestra montura, estandartes o a nuestros oficiales. Los combates van a resultar claramente familiares a los habituales de la saga, grandes mapas, concentraciones de tropas enemigas etcétera. En estos casos conviene acabar con los lugares protegidos por capitanes para cortar los refuerzos enemigos, para luego ir a por los comandantes y cumplir los objetivos asignados.
El sistema de lucha sigue siendo sencillo y accesible, permitiendo cambiar en tiempo real entre dos set de armas, acumulando energía con cada baja para poder realizar los movimientos especiales. Los habituales disfrutarán con la inclusión de nuevas armas como la ballesta giratoria de Deng, la columna dragón, la pareja de abanicos de Xiaoqiao o los Sabatons que Guan Suo viste en sus pies para dañar a los enemigos con sus patadas.
Al igual que en las últimas entregas, está disponible el modo cooperativo, siendo bastante entretenido el poder coordinarnos para alcanzar nuestros objetivos, sobre todo jugando con amigos, en un título que no parece presentar problemas de conexión durante las partidas.
Un pasito más
Gráficamente ya conocemos la forma de trabajar de Omega Force y en este caso no estamos ante una excepción. Desde un primer momento se ve como estamos ante un proyecto intergeneracional, que funciona bien en las consolas anteriores y que funciona aún mejor en las actuales, pero sin un motor gráfico dedicado que explote en condiciones toda su potencia (destacar el hecho de que podremos adquirir Empires en PS3 o PC, pero solo están disponibles en formato digital).
El resultado es un título gráficamente más pulido, con mejoras en los modelados y efectos en pantalla, mejoras en el popping respecto a PS3, antialiasing o mayor presencia de enemigos en pantalla sin atisbar ralentizaciones, viendo mejorada también la distancia de visionado. No sabemos cuándo cambiará este tendencia, pero mientras sigan trabajando simultáneamente en varias generaciones y sistemas, no parece que vayamos a ver un cambio revolucionario en cuanto a gráficos se refiere en futuras entregas de Dinasty Warriors.
Para terminar no podemos dejar de mencionar la “pega” del idioma, algo no tan importante en la saga principal si conocemos las mecánicas, pero más que necesario a la hora de tomar decisiones en la parte estratégica de Empires. Esperemos que las ventas acompañen y vuelva a ser rentable su traducción al castellano.