WILL SMITH: SOY TAQUILLA
Si con su estreno el 14 de diciembre ‘Soy Leyenda’ obtiene las recaudaciones previstas por Warner Bros, ello supondría para Will Smith un récord personal. Desde 1996, el actor afroamericano ha logrado superar con diez de sus películas, contando sólo la taquilla norteamericana, la barrera de los 100 millones de dólares. Y no hablamos únicamente de espectáculos como ‘Independence Day’ (1996), ‘Hombres de Negro’ (1997), ‘Enemigo Público’ (1998), ‘Wild Wild West’ (1999), ‘Hombres de Negro II’ (2002), ‘Bad Boys II’ (2003) o ‘Yo, Robot’ (2004). También de comedias como ‘Hitch: Experto en Ligues’ (2005), cintas de animación como ‘El Espantatiburones’ (2004), y hasta dramas desgarradores como ‘En Busca de la Felicidad’ (2006).
Hombre de familia felizmente casado, con el poder suficiente como para que sus hijos vayan haciendo sus pinitos interpretativos en las películas que protagoniza, y con una carrera paralela asimismo exitosa en el terreno de la música pop, Smith no nos permite siquiera el consuelo de catalogarlo como mal actor: ha sido nominado cuatro veces a los Globos de Oro y dos a los Oscar, y sus próximos proyectos apuntan a nuevas distinciones; especialmente por lo que respecta a ‘Seven Pounds’, segunda colaboración con el realizador de ‘En Busca de la Felicidad’, el italiano Gabriele Muccino, centrada en un hombre al límite que no sabe si suicidarse o abrir su corazón a un amor inesperado, y que se estrena el 12 de diciembre de 2008 con vistas obvias a las estatuillas doradas.
Pero Smith vuelve a dar muestras de su versatilidad con las otras dos películas que tiene en cartera: ‘Hancock’, sobre un superhéroe que ha perdido el favor de los ciudadanos y encarga la rehabilitación de su imagen a un asesor; y ‘Time Share’, comedia a la que parece haberse sumado Nicolas Cage y que relata el enfrentamiento de dos familias obligadas a compartir un lugar de vacaciones.
LEYENDA LITERARIA
Considerado por el prestigioso crítico David Pringle como “uno de los principales escritores norteamericanos de literatura fantástica”, Richard Matheson (1926) revolucionó el panorama del género en los años cincuenta del pasado siglo por renunciar a sus constantes góticas, por la incorporación de impulsos angustiados y sexuales, y por la cotidianeidad de las situaciones a partir de las que se han desarrollado sus veinte novelas y sus innumerables historias cortas. “Para mí” —ha explicado Matheson—, “la mejor fantasía surge de añadir unas gotas de extrañeza a un compuesto que es en su mayor parte realista, objetivo”.
De tal cualidad da cumplida cuenta ‘Soy Leyenda’, básicamente una inversión absoluta del tema clásico del vampirismo. Pero también otras obras del autor como ‘El Increíble Hombre Menguante’ (1956), sobre un hombre que debido a su exposición a una lluvia radiactiva disminuye de tamaño, lo que convierte progresivamente su propia casa en un lugar lleno de peligros; o ‘El Diablo sobre Ruedas’ (1971), relato y guión que filmaría Steven Spielberg, en torno a la desigual batalla que entablaban en la carretera un viajante y un monstruoso camión.
Stephen King, uno de sus admiradores irredentos, y también uno de sus alumnos más aventajados, ha resaltado esa faceta de Matheson, que él ha llevado al paroxismo: “fue el primer tipo que me pareció que hacía algo diferente a H.P. Lovecraft. El horror ya no venía de Europa del Este, sino del Seven-Eleven más cercano”. Lo curioso es que esa querencia por lo cotidiano, observado con una mirada temerosa y a la vez subversiva, se debe en buena parte a las necesidades económicas: Matheson nunca ha ocultado que una de sus motivaciones para escribir tan profusamente era, simplemente, la de mantener a su familia, lo que ha contribuido a impregnar sus narraciones de ansiedad.
PRICE Y HESTON TAMBIÉN ESTUVIERON SOLOS
Medió una década entre la publicación de la novela de Richard Matheson y su primera adaptación cinematográfica, ‘L’Ultimo Uomo Sulla Terra’ (1964), vista hace años en televisión y programada en la sección “Europa Imaginaria” del último Festival de Sitges. Dirigida por Ubaldo B. Ragona (aunque algunas fuentes consideran a Sidney Salkow su realizador), contó con el propio novelista norteamericano como guionista, pero las sucesivas reescrituras de su trabajo por parte de Ragona, Furio Monetti y otros le hicieron renunciar a su crédito en los títulos. En ellos figuraría finalmente como “Logan Swanson”, pseudónimo que Matheson también ha empleado más de una vez en su labor literaria.
Mientras, en la piel del doctor inmune al virus que ha transformado en vampiros al resto de la raza humana, se hallaba el mítico Vincent Price, que delató las paupérrimas condiciones de aquella coproducción italo-norteamericana al vestir la misma ropa de principio a fin del metraje, debido a que sus intervenciones se rodaron en frenética sucesión. ‘L’Ultimo Uomo Sulla Terra’ es una cinta muy menor, aunque merecen destacarse aspectos como la fotografía de Franco Delli Colli en ‘scope’ y blanco y negro, la fidelidad en su desenlace al original de Matheson, y el hecho de que George A. Romero reconociese su deuda con ella (pero sobre todo con el libro) a la hora de filmar ‘La Noche de los Muertos Vivientes’ (1968).
Más interés ofrece ‘El Último Hombre Vivo’ (‘The Omega Man’, 1971), pese a que se tienda a minusvalorarla por razones tan absurdas como el protagonismo del polémico Charlton Heston. Realizada por Boris Sagal, esta segunda versión se apuntó a la moda de cine apocalíptico que eclosionó en la época —recordemos que el mismo Heston interpretaría por entonces ‘El Planeta de los Simios’ (1968) y ‘Soylent Green’ (1973)—, con un muy meritorio trabajo de ambientación, una conseguida atmósfera de amenaza en lo que tocaba a los no-muertos (liderados por un inquietante Anthony Zerbe), y atractivas variaciones en su final, de connotaciones sacrificales y a la vez esperanzadoras.