Atención Tsunami

Como muchos grupos actuales, os habéis fogueado y creado cierto nombre a base de directos. ¿Tenéis miedo ahora que os toca enfrentaros al siempre difícil mercado discográfico, sobre todo debido a la situación de los últimos años, donde apenas no se venden discos?
Nuestra aspiración primera es siempre la de tocar más y mejor, allí donde sea, y el disco es una herramienta para lograr ese propósito. El mercado discográfico en sí nos preocupa relativamente, está claro que estaremos felices de que se vendan discos, pero nadie nos quita ya la satisfacción de tenerlo en nuestras manos para enseñarlo a los nietos en el futuro. A partir de aquí, todo lo que venga será bienvenido.

¿Por qué os habéis autoeditado el disco? ¿Es un quebradero de cabeza añadido, o sin duda vale la pena?
La autoedición y la autogestión suponen un esfuerzo considerable, no sólo económico, también de tiempo y trabajo añadido al propio de cada cual. Con estoescasa!, nuestro sello, nos repartimos entre todos las tareas propias de una discográfica y la cosa funciona. Además, tiene al menos dos ventajas decisivas: control absoluto de todo el proceso y satisfacción doble cuando las cosas salen bien después de currártelas.

En las primeras escuchas del disco, buscando comparaciones, vienen a la cabeza del oyente una serie de grupos “indies” bastante poco acomodaticios, como Mogwai, Manta Ray, Schwarz, Beef, El Hombre Burbuja o las facetas más ariscas de otros más accesibles, como Radiohead o Placebo. ¿Hay algo de cierto en dichas comparaciones? ¿Con qué grupos os sentís “hermanados” en cierto modo?
Sin hacer de menos a los otros, de los que citas asentimos mancomunadamente a los escoceses barbudos, a Beef y Radiohead. Aunque no en estilo, por filosofía o por la manera de encarar el tinglado sí nos sentimos próximos a grupos que admiramos, como Rosvita, Autumn Comets, Havalina... y otros de fuera de Madrid como Standstill, Allfits o Nueva Vulcano.

Parece intuirse algo de conceptual en “El lejano oyente”: hay referencias a planetas, robots, el infinito... y la cohesión instrumental ayuda a reforzar esa idea. ¿Se trata de una recopilación de canciones alrededor de un mismo concepto, o son sencillamente temas recurrentes dentro del imaginario del grupo?
Más bien lo segundo, aunque sí es cierto que el concepto de “atención” y las maneras más o menos honestas de llamarla es algo en torno a lo que gravitan algunas letras del disco. De ahí ese título tan oriental.

¿De qué hablan vuestras letras? ¿Qué habéis querido transmitir?
Con toda la humildad del mundo, se hace un poco difícil o raro tratar de explicar las letras de una canción (o las de todo un disco), y a veces corre uno el riesgo, como con los chistes, de cargárselas. Las escriben dos personas, Miguel y Álvaro, y cada una arrastra su historia particular. En las cantadas por Miguel abundan las sucesiones de imágenes, con una connotación más bien poética; las de Álvaro tal vez tengan un componente más narrativo, y suelen girar entorno a una idea central. Queremos creer que son parte importante de lo que hace que Atención Tsunami ocupe un espacio propio, con un discurso reconocible y singular. Eso sí, una vez cantadas quedan ahí, y su sentido pertenece ya a cada oyente, sea más o menos lejano.