Ante la llegada de la primavera y del buen tiempo, los amantes de la música y de la diversión esperan la confirmación de los carteles de los diversos festivales que se celebran en diferentes puntos de la geografía española. El madrileño Festimad se ha convertido en una de las primeras citas en el calendario de este tipo de eventos.
A lo largo de su historia, los organizadores del Festival Independiente de Madrid han apostado por una programación que bascula entre artistas consolidados y valores emergentes nacionales e internacionales. La jugada se repitió este año durante el último fin de semana del mes de mayo, con una respuesta del público desigual, y con puntualidad en sus tres escenarios: Heineken, el principal; Sol Música, junto al estanque; y EastPak, dedicado íntegramente a la música editada por el sello B-Core.
Durante la primera jornada, unos 15.000 espectadores (varios miles menos de los esperados) disfrutaron del sol, el césped y de más de 20 actuaciones musicales. Para romper el silencio del paraje, y todavía a la hora de comer, se confió en la contundencia de las guitarras de Nothink (ganadores del concurso Emisión Festimad ’04) y la voz psicodélica de los bilbaínos Zea Mays. La primera mueca corrió entre el público con el funk-rock de Sobrinus, quienes consiguieron convencer a los más madrugadores de que la música es un Dios.
La actividad en el escenario grande empezó a golpe de rima y scratch, con el sabor latino de la rapera cubana La Fres-k, atacada durante su actuación por el polen que tanto temen las personas alérgicas, los mejicanos Akwid y, desde Zaragoza, la apuesta segura y convincente de Violadores del Verso.
Antes de los platos fuertes del día, los seguidores del nu-metal disfrutaron con los vigueses Kannon. Minutos después, el mismo escenario Sol Música se quedaba pequeño para recibir la descarga de rock melódico de los finlandeses The Rasmus.
Del duelo entre Patti Smith, aspirante, y Ben Harper, coronado por la organización como cabeza de cartel, fue la musa del punk de los 70 quien salió vencedora. Su actitud y su música siempre han estado relacionadas con la política y en su paso por Festimad también quiso dejar sus recaditos. La cantante manifestó que la derrota del Partido Popular era una lección de democracia impartida por el pueblo español. Su repertorio se nutrió de canciones de su reciente lanzamiento, “Trampin’”, y de grandes clásicos como el alegato “People have the power” y “Gloria”, con la que acabó dejando un gran sabor de boca entre el público.
Con la impresión de haber revivido grandes momentos de la historia de la música, los australianos Jet lo tenían difícil. Deberán trabajar más para que su propuesta no sólo sirva para aparecer en un anuncio publicitario. Ben Harper y su multitudinaria banda, The Innocent Criminals, ofrecieron el último concierto de la jornada. El californiano, empapado de las diversas fuentes de la música negra, mezcló el rock con el blues, el soul, el reggae y el funk y hasta se pudieron escuchar los sonidos de un cajón y de percusiones africanas.
Foto de una de las actividades 'paralelas' de Festimad: Los graffitis.