Otros de la tierra que ayudaron a elevar la fresca temperatura nocturna fueron Def Con Dos, que se lucieron con un concierto de casi hora y media en el cual tocaron todo lo que tenían que tocar y más (alucinantes Pánico a una Muerte Ridícula y No Me Rayes El Coche), acabando con las inigualables El Día de la Bestia y Armas Pa'l Pueblo y con una audiencia totalmente enloquecida.
La actuación de la Mala Rodríguez ni se notó ni todo lo contrario. Correcta, entretenida, pero nada más. En ocasiones incluso cansina.
Y llegó el momento de los portugueses The Gift. Desconocidos aún para gran parte del público español, esta ecléctica banda que conjuga sabiamente la electrónica más vanguardista con las guitarras y la voz femenina, con tres discos ya en su haber, ofrecieron como fin de fiesta (aunque después aún tendríamos el after hours a cargo de DJ Prozack) un espectáculo de luz y sonido que dejó a todos los asistentes boquiabiertos ante un renovado concepto de música nacida y crecida en la península.
Segundo día
En este segundo día las bandas pequeñas eclipsaron prácticamente a las grandes. No hace falta mencionar que la actuación de Love (sin Arthur Lee, como aviso de última hora, debido a su grave estado de salud y aparente hospitalización) fue un auténtico viaje a otras épocas y formas de entender la buena música, y la actuación como DJs de Rinôçerôse una auténtica bacanal de desenfreno en la que incluso llegaron a mezclarse a ellos mismos desencadenando la locura entre el público de altas horas de la madrugada.
Pero esta vez fueron grupos como Second, Vacazul (lo mejor ese hammond que llegaba a herir los sentidos) o los inclasificables Avant Garde (impresionante el sonido, recordándonos en ocasiones a The Gift, y la exquisita puesta en escena) los que realmente sobresalieron entre toda la marabunta de géneros y estilos que se mezclaba en la noche gallega. Hacerlo bien no es difícil; pero aportar algo nuevo y a la vez interesante no es tarea fácil y estas bandas supieron hacerlo hasta el punto de contentar a un público que en ocasiones no había ni oído hablar de ellas.
Punto y aparte fue Deluxe, que aunque manteniendo su monótono estilo a lo largo de todas sus canciones, supieron de forma muy elegante aportar dinamismo a su impecable actuación echando mano a medleys y versiones de canciones que nunca habríamos esperado.
La noche la cerró un frenético DJ Amable que nos deleitó de madrugada con una mezcla de rock, electrónica y clásicos de toda una vida. Un fin de fiesta excelente para un festival tan interesante como diferente. Y que siga por muchos años.