Revolucionando géneros
Desde su concepción, Spore fue un título que pretendía destacar, ser una revolución. Las bases para conseguirlo ya están sentadas, y hay que decir que tiene posibilidades. Puede que no esté hecho para gustar a todo el mundo por igual, pero sin duda no dejará indiferente a nadie. Si lo que el jugador busca es un planteamiento de larga duración al estilo Sims debe estar advertido, puede que no encuentre exactamente lo que busca.
Lo que si consigue es proporcionar una experiencia y sensaciones que ningún otro lanzamiento puede lograr, con su idea de crear vida desde su mínima expresión hasta llevarnos crear una civilización inteligente. Además no es necesario tener un PC de última generación para disfrutar de su belleza y minuciosidad en cada detalle, puesto que Spore correrá de forma muy fluida en un gran abanico de ordenadores, ampliando al máximo la cantidad de jugadores que pueden degustarlo.
El tiempo juzgará su acogida en el mercado, pero es muy fácil que otras desarrolladoras tomen su idea para hacer sus propias creaciones. También es posible que haya futuras expansiones que mejoren y alarguen la experiencia hasta nuevos límites algo que depende de si Will Wright y sus chicos si deciden continuar ampliando el universo de su última gran creación. Lo único que podemos decir desde aquí es que, tras muchas horas de juego, hemos podido descubrir que Spore tiene unas posibilidades inmensas, y que cada partida es diferente a la anterior. Esto sucede, entre otras cosas, porque nunca nos encontraremos con las mismas criaturas, edificios ni vehículos, ya que el programa los elegirá al azar de una gran base de datos compuesta por las creaciones de Maxis y otras que se van añadiendo de forma automática a medida que otros jugadores las van ideando. Es por ello que el límite se eleva hasta donde lo deseen todos los usuarios que se atrevan a explorar el mundo de Spore.