La portátil de Sony necesita aire fresco, tanto en cantidad de lanzamientos en su catálogo como de innovación general. La llegada de Echoshift viene a saciar ambos aspectos, potenciando sobre todo la originalidad basándose en una premisa inagotable: la imaginación.
Elegancia visual y jugable
Estos 56 niveles más sus distintas variantes, están divididos desde la letra A a la H, y cada una de estas letras tiene 7 subniveles. Al principio serán niveles sencillos, pero de forma natural se nos irán incluyendo nuevos mecanismos y dificultades que nos obligarán a repetir las fases.
Al finalizar cada nivel se nos premiará con una, dos o tres estrellas dependiendo de la cantidad de maniquís usados para llegar hasta el final, y del tiempo empleado en la acción, para así determinar nuestro resultado final.
El control sobre el juego es muy sencillo, haciendo uso pronunciado de la cruceta direccional para controlar al personaje. También podemos usar los botones superiores para ejercer un tímido zoom en la pantalla y el botón X para interactuar con el escenario.
Los gráficos apuestan por el minimalismo dentro de una cuadro visual elegante, de colores escasos y haciendo un uso del blanco en distintas variantes. Un trato exquisito que va desde la composición de los niveles hasta los propios menús que bañan el juego. Este toque elegante se complementa con la música relajante y armoniosa que adereza la experiencia, con una cuidada aparición para no descentrarnos de nuestros pensamientos sobre los puzles.
Echoshift es una nueva forma de entender los puzles desde una vertiente elegante e inteligente en su exposición. La amplia variedad en los niveles, la rejugabilidad del título junto con las grandes posibilidades que se nos van abriendo, son las principales bazas de una propuesta que le sienta fenomenal a la portátil de Sony. Un juego de apariencia sencilla pero con un gran potencial jugable, que pincela sobre nuestro intelecto y lo invita a introducirse en los misterios del espacio-tiempo.