Un multijugador en Wii
Algunas compañías siguen afirmando que el usuario de Wii es más social y que por eso no disfruta con el juego online; que prefiere jugar con sus amigos en su casa a juegos como Wii Sports. Sin tratar de afirmar que también los jugadores de Nintendo son unos seres retraídos como los consumidores compulsivos de shooters en Xbox y PS3, diremos que el online de juegos de Wii como ‘The Conduit’ y el de este ‘MH3’ pueden tirar por tierra todas esas afirmaciones. El multijugador de ‘MH3’ ha resultado ser un rotundo éxito en Japón y en Europa ha desembarcado con fuerza, llegando a tener a determinadas horas del día varios servidores colapsados.
Una de las claves de este éxito es la oferta de un online gratuito. La otra es la facilidad con la que entra este modo. No deja de ser una ampliación de los cinco niveles de rango de misiones existentes en el modo offline, pero resulta tremendamente agradecido adentrarse en los escenarios de esta aventura acompañado de otros cazadores con los que poder organizar estrategias y ganar recompensas de manera conjunta. Las misiones de este modo piden diferentes grados de rango y los jugadores pueden ponerse de acuerdo en cómo afrontar cada encargo (mediante chat de voz o escrito) Sin duda, este modo alarga la vida del producto de manera proporcional al grado de enganche que el usuario tenga con él. Si éste se enamora del juego offline, caer en las redes del online es solo cuestión de segundos.
Y aquí encontramos el principal y único problema de Monster Hunter Tri: tanto el modo offline como el online piden una dedicación casi obsesiva. El cazador comienza sin absoluto dominio sobre nada y las misiones de primer nivel pasan por ser aburridas recolecciones de objetos o insustanciales caminatas por los decorados. Una toma de contacto en verdad muy hardcore y que supone una completa criba: si se superan las cinco o seis primeras horas de juego (las 10 primeras misiones) es probable que haya ganas de acabar el juego entero, aunque si la sensación de aburrimiento llega a esas alturas, entonces pocas más satisfacciones podrá dar, ya que todo se basa en la perseverancia y en el ‘trabajo de dia a día’ con el personaje.
Salvo este detalle que convierte a MH3 en un trasunto light del WoW, Capcom ha creado un verdadero monstruo. El detalle, mimo, cuidado y texturas que ofrece cada escenario, sumado a los efectos gráficos, la inteligencia de los animales, su comportamiento y demás elementos que sumergen al jugador en un ecosistema autónomo hacen que Wii eche humo por los ventiladores, ya que exprime hasta la última gota de lo que en capacidad gráfica puede aportar la consola de Nintendo. No se verán muchos títulos en esta consola con un apartado gráfico tan brillante como el que trae este RPG, aunque el sonido deje bastante que desear, ya que sin ser malo, no pasa de ser correcto y tirando a simplón.
La segunda gran novedad es la inclusión de secciones acuáticas, con misiones submarinas y nuevos entornos, para que los que viene de la versión anterior encuentren otros motivos para adquirí el juego y la consola.
Llegados a estas alturas el veredicto es claro: el jugador de Wii tiene en este juego una compra obligada si desea desaparecer del mundo durante unas cuantas semanas. Superadas las primeras misiones, logradas las primeras buenas armaduras y cazados los primeros grandes monstruos es cuando este disco comienza a brillar con luz propia.