Hace unas semanas, James Cameron manifestaba públicamente su desagrado ante la idea oportunista de los estudios hollywoodenses de trasvasar a 3D películas inicialmente rodadas en 2D (como Alicia en el País de las Maravillas y Furia de Titanes) con el único fin de atraer a más espectadores y justificar el incremento en el precio de las entradas. En opinión de Cameron, el efecto visual no es ni mucho menos el mismo, aunque los grandes estudios estén optando por ello al ser el rodaje en 2D y su conversión a 3D en laboratorio más barato que emplear cámaras 3D en el set.
Ahora, Michael Bay, responsable de la saga Transformers, se une a Cameron en sus quejas, pues ha tenido ocasión de hacer unas pruebas para Transformers 3, y no ha dudado en declarar que la adaptación de 2D a 3D en posproducción es decepcionante. Más concretamente, que “apesta […] No pienso dejar mis imágenes en manos de hindúes [son habitualmente compañías de aquel país las que realizan el trasvase a 3D para Hollywood]. Uno no rueda películas con técnicos de clase A para que decidan sobre su resultado final equipos de clase D”.
Sin embargo, las opiniones de Bay no son del todo coincidentes con las de Cameron, ya que tampoco está demasiado impresionado por el rodaje en 3D: “las cámaras 3D son pesadas e impiden los movimientos de cámara en las escenas de acción. La gente podrá decir lo que quiera de mis películas, pero no que les falte precisión técnica. Y todo lo que impida que Transformers 3 sea excelente a ese nivel, no me interesa. Es mi elección”.
A pesar de mostrarse tan firme, Bay ha reconocido que DreamWorks, productora de la franquicia Transformers, le está presionando para que acepte una forma u otra de facturar en 3D el tercer título; los ejecutivos de la compañía (entre ellos Steven Spielberg) creen que cuando se exhiba la película en julio de 2011, no ofrecer el sobrestímulo de las tres dimensiones hará mucho daño a sus posibilidades comerciales.