Han pasado más de dos años desde el estreno de Argo, cinta orquestada por un Ben Affleck que pese a anotarse con ella un nuevo éxito, sigue inevitablemente cuestionado en lo que es una constante en su carrera.
Ahora, mientras Affleck viste el traje de Batman para enfrentarse al kriptoniano más célebre, nos hemos encontrado con una circunstancia tan curiosa como que la CIA se haya lanzado a diseccionar las licencias que Argo se tomó al llevar a celuloide la historia de los diplomáticos encerrados en Teherán.
Así, desde su cuenta de Twitter, la agencia señala a las siguientes escenas como alejadas de los hechos reales: en la película los 6 diplomáticos se refugian en la casa del embajador canadiense sin demora, mientras que en realidad 5 fueron a lugares diferentes (para con el tiempo acabar reuniéndose); en la película, un agente de la CIA se desplaza a Teherán, por los dos que lo hicieron en realidad; y finalmente, la mayor licencia por una cuestión de tensión dramática se refiere a cómo en el film la misión es cancelada un día antes, mientras que en realidad viajaban con permiso de Carter desde un principio, y este fue irrevocable.
En conjunto, no son cambios muy profundos, pero sirven para dimensionar la importancia y verismo de una película que se alzó con el premio a mejor película de la Academia.