Tuvimos ocasión hace ya seis años de entrevistar a David Koepp y preguntarle sobre cosas como el fiasco de la cuarta entrega de Indiana Jones, sobre la que reconoció su frustración, o la situación en las películas de cine-cómic, género en el que su voz es especialmente autorizada por haberle servido a Sam Raimi el libreto de su primer Spider-Man.
Pues bien, en una reciente entrevista con Empire, Koepp vuelve a dar su punto de vista sobre una saga que está padeciendo demasiados problemas desde que la tercera parte de Riami machacó al personaje, y se apuntó al reboot. Algo que hace tirando de una perspectiva que ya tenía en mente cuando trabajó con el célebre superhéroe creado por Stan Lee: “Cuando estaba encargándome de Spider-Man por primera vez, recuerdo claramente tener ideas para tres películas, cada una de una clase. La forma en que los cómics cambiaron, era Spider-Man, Asombroso Spider-Man, Espectacular Spider-Man… había un número de ellos, así que en lugar de perseguir la misma ruta, o algo del mismo tono, habría que darle distintos tonos”.
Si Koepp pone énfasis en esta división —y más aún, niega la obligación de estrenar unas y otras ordenadamente, admitiendo estrenos a la vez— es porque a su juicio la edad de la audiencia apela a un tipo o a otro de Spider-Man, y la mezcla de rasgos perjudica al resultado global. Con ese enfoque habría unas cuantas películas que, a su juicio, con un presupuesto más ajustado (entre 75 y 80 millones de dólares) podrían ser para un público más adulto, más maduras y arriesgadas (además de ser más cortas ya que a él no le gusta que las películas de superhéroes se vuelvan demasiado ampulosas).
Una opinión cuando menos curiosa, que en todo caso no parece que vaya a calar lo más mínimo en la estrategia de Sony (o incluso en la de Marvel si se encargase del personaje: conocida es la forma en que Disney busca la audiencia familiar a toda costa).