La desarrolladora ‘indy’ Arkedo nos brinda un matamarcianos adictivo e hipercolorista, apto para todo tipo de jugadores.

Mientras algunos usuarios claman por la incorporación de ratón y teclado para este tipo de juegos en consola, algunas compañías centran sus esfuerzos en crear títulos de estrategia que sean perfectamente jugables utilizando el pad tradicional, con cada vez mejores resultados.

Con dos años (casi tres) de diferencia, llega esta conversión del matazombies gamberro de 360 a la pequeña Wii. ¿El resultado merece al original?

Tras nuestro avance en que cubríamos de halagos a la quinta parte de Resident Evil, le llega la hora al análisis en profundidad en que las cosas no son tan maravillosas como intuíamos. Seguimos estando ante una gran saga, pero este episodio no mantiene su ritmo a la altura de su inicio, ni mucho menos a la de una cuarta parte que sigue siendo referencia.

Oscuridad, sangre, desasosiego. Tres palabras con las que ningún agente de viajes nos recomendaría visitar esta ciudad, y sin embargo, describen perfectamente lo que vamos a encontrar en Silent Hill.

El rol y la música se dan la mano en esta maravilla técnica. La trabajada historia pone la guinda a un título cuya salida en PS3 un año después de haberlo hecho en Xbox 360 está más que justificada.

Monolith vuelve haciendo lo que mejor sabe: crear shooters y juegos de terror, uniendo en la segunda parte de FEAR lo mejor de ambos géneros.

Nintendo reestrena en Wii, como avanzadilla de la línea económica de clásicos de Game Cube con control adaptado a Wii, la aventura de su astronauta/granjero.

Llevaba ya un tiempo en que además de hacer promesas nos convencía de que las cumpliría. Killzone llega a las tiendas como uno de esos escasos elegidos en que no hay margen para el error ni para la decepción, y todo lo que se diga de él es redundante: estamos ante un auténtico Must Have.

Los chicos de Rebellion nos traen la secuela de un juego aparecido en PS2 hace unos años. Nos meteremos en la piel del recluta Nate en su lucha por la supervivencia y por conocer el origen de unos extraños acontecimientos.