Su trabajo más conocido es el Segway, un medio de transporte reservado a un público muy solvente o limitado para alquiler en lugares turísticos. Pero Dean Kamen logró producir kilowatios partiendo de estiércol de vaca en una de sus 440 patentes que le han convertido en una de las grandes fortunas del mundo y en una de las mentes privilegiadas de la tecnología.
"Nos debatimos entre la educación y la catástrofe", afirma solemne, inquieto por el panorama internacional, tanto en lo que a cuestiones económicas se refiere como a temas medioambientales. "Cada uno de los problemas que nos va a morder en el culo en los próximos años, necesita de grandes logros tecnológicos para ser rebatido" añade en su sentencia.
A su modo de ver, los jóvenes de hoy día van encaminados a ser la primera generación que en un proceso de involución estará peor de lo que estuvieron sus progenitores. Además, son excesivas las enfermedades que podrían curarse con soluciones tecnológicas, como el 50% de las que se encuentran vinculadas al consumo de agua insalubre, que debería ser un objetivo prioritario.
Y entonces se refiere al videojuego: "toda nuestra tecnología va encaminada al corto término, ¿realmente necesitamos duplicar el porcentaje de transferencia al que movemos información para que los niños puedan jugar a juegos incluso más violentos? ¿no sería preferible asegurar primero que todos tienen acceso a internet? Definitivamente, la gente no necesita a la próxima generación de videojuegos".
A pesar de que al público de videojuegos, tradicionalmente muy duro con quienes critican o cuestionan al sector, no les hará gracia su afirmación, sí cabe extraer de sus palabras que otros sectores necesitan de la misma vocación de progreso. En lo que a él se refiere, actualmente sus esfuerzos se centran en energías renovables y baratas de producir.