Fueron tantos los medios que se hicieron eco del supuesto veto de Axl Rose a fans declarados de Slash (es decir, a aquellos que acudieran a los conciertos con camisetas que rindieran culto a su ex-guitarra), que el representante del grupo se ha visto obligado a salir a negar la mayor: Axl no está implicado.
Según las informaciones publicadas, la aversión declarada de Axl (quien ha afirmado en varias ocasiones que antes muerto que con Slash) estaba llegando a extremos patológicos, y de esta manera en los conciertos en Canadá -saldados en general con críticas positivas y con retrasos calificados de "aceptables"- se había pedido a diversos fans que volvieran del revés camisetas de Slash para evitar problemas. TMZ.com de hecho publicó declaraciones de un guardia de seguridad que confirmaba haber recibido órdenes de actuar de esa manera y que venían de un productor del grupo.
No obstante, según el representante de Axl, Fernando Lebeis, "no hemos sugerido a nadie del personal de seguridad que actúe de esa forma, si alguno lo ha hecho, fue por voluntad propia... o siguiendo las órdenes de cualquier otro... pero no nuestras". Un episodio más en definitiva de las disputas entre dos figuras anacrónicas del rock que ya habían dado recientemente para la polémica a propósito de los conciertos que se están organizando en favor de Haití (Slash se mostró dispuesto a actuar en la zona, Axl lo interpretó como una nueva proclama en favor de la reunificación y respondió echando pestes).