Quizá en equipos como los que las superproducciones de la talla de Uncharted implican, un puñado de creativos no sea algo tan relevante. No en vano, más graves parecían los cambios de Infinity Ward en la saga Call of Duty, y la vida siguió muy similar para el FPS de Activision.
Ahora bien, el repertorio de responsables de Naughty Dog ligados a Uncharted 4 que han dejado de estarlo, ha dado para un auténtico culebrón repleto de especulaciones que probablemente solo se sofoquen cuando el juego vea finalmente a la luz, y eso si el juego está a la altura de la franquicia.
La primera salida que generó incertidumbre fue la de la directora creativa Amy Hennig, que forzó a una declaración oficial aclarando que se trataba de una decisión acordada por ambas partes y en tono amistoso, pero que no evitaba la duda sobre si lo que teníamos detrás de la deserción no era un agotamiento ante la idea de dedicarse una y otra vez a la misma saga, en línea con la que han padecido otras figuras como Keiji Inafune o Hideo Kojima entre otros.
Pero es que después otro puesto tan importante como el de director del juego, ocupado por Justin Richmond, fue objeto también de renovación. Y a él le siguió la publicación de que Nate Wells como director de arte también abandonaba, algo coronado por la más reciente salida -y en un perfil muy diferente- como es la de Todd Stashwick, actor que había puesto voz al primer tráiler en lo que se suponía era el papel de villano, y que acaba de anunciar que su papel será rehecho por otro actor.
Sea cuales sean las razones que justifican este baile de nombres, todavía es precipitado pronosticar si obedecen a verdaderos problemas en su gestación, y si estos están relacionados con la calidad final del producto. La trayectoria de Naughty Dog hace pensar que en tal caso enmendarán cuanto sea necesario para salvaguardar la imagen de la franquicia Uncharted.