Pocos días después de la degradación de su solvencia a la categoría de bono basura por Moody’s, Sony toma la difícil decisión de abandonar el mercado de los ordenadores.
Tras haber vivido en 2013 el mayor descenso en sus ventas, el mercado de los PC se encuentra fuertemente amenazado por la pujanza de los tablets y el valor de marca de Apple, algo que unido a la difícil situación de la compañía nipona, ha llevado a la decisión de vender la marca Vaio a un fondo de inversión de su país (Japan Industrial Partners), por el equivalente a 400 millones de dólares. La venta implica dejar de desarrollar o diseñar ordenador alguno, de tal forma que cierran una de las divisiones hasta hace poco consideradas clave para la multinacional.
No es el único cambio que Sony anunció para su futura estrategia comercial: sobre su división de televisores informaron de su intención de centrarse en el exclusivo mercado de la alta gama, abandonando por tanto la competencia en el segmento más popular para apuntar a uno mucho más especializado.
En lo que respecta a su estructura, las pérdidas de 1.100 millones de dólares del pasado año -inicialmente esperaban beneficios- imponen hasta 5000 despidos que deberán consumar antes del cierre del presente ejercicio fiscal, que concluye en marzo.