Es uno de los grandes retos del videojuego, la incorporación de la realidad virtual de forma efectiva y capaz de apelar al gran público. Oculus Rift aparece ahí como la candidata mejor posicionada, y su llegada podría ser inminente. Uno de los factores para considerarlo así, la nueva remesa de consolas que, ahora sí, brindarían la suficiente potencia para hacerse cargo de los procesos que exige el invento.
Pero si no hace demasiado la mente pensante tras Oculus Rift reconocía que tras las limitaciones de PlayStation 3 y Xbox 360 se abría una nueva puerta, ahora Brendan Iribe se desdice y apunta a todo lo contrario: "amo las consolas, pero internamente estamos mucho más excitados por ver hacia donde van los teléfonos y en colocarlo en la próxima generación". ¿Los motivos? "Esas cosas doblan su potencia casi anualmente, mientras que la consola se queda atascada durante ocho años".
Pese a todo, lo que no hay todavía es una fecha prevista de comercialización, se habla de 2014 pero "no queremos anunciar fechas oficialmente ya que no sabemos cuándo estará verdaderamente preparado".