Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Bicicleta de Pekín - Pantalla Invisible - blogs de cine
Buscar en
Estás en CINE >> BLOGS >>

La Bicicleta de Pekín

Un artículo de Eduard Terrades || 23 / 4 / 2012
Pantalla Invisible

En una metrópolis en la que se acumulan cerca de veinte millones de personas, el medio de transporte más cómodo y funcional para moverse entre sus bulliciosas calles es la bicicleta, pero también es el vehículo más robado y revendido a consecuencia de un mercado negro que las autoridades locales han intentado erradicar por todos los medios en los últimos años. Esta situación es la que Wang Xiaoshuai describe en La Bicicleta de Pekín (2001), una emotiva e intensa producción por la que ganó el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín, y que nos muestra las diferentes utilidades por las que puede servir una mountain bike de última generación.

Pantalla Invisible



Cui se ha trasladado con su familia del campo a la ciudad para poder labrarse un futuro mejor. Como no tiene estudios, ingresa en una empresa de mensajería rápida que se dedica a formar a nuevos empleados, proporcionándoles mountain bikes para poder efectuar los repartos. Cuando hayan amortizado el precio equivalente a lo que han costado con las comisiones que ganen en las entregas, podrán quedárselas para utilizarlas no solamente como herramienta laboral. Pero el desgraciado Cui, justo el día en que saldaba la deuda con la empresa, le roban la suya a la mitad de un reparto. Decidido a encontrarla, ya que será la manera de que lo readmitan en el trabajo, inicia una búsqueda a la desesperada por todos los rincones de Pequín. Casualmente, su tío, que tiene una pequeña tienda de víveres diversos, reconoce su bici: la conduce un chaval que se ha apeado para comprar algunas bebidas, junto con su novia. Cui les sigue la pista hasta descubrir que su nuevo inquilino es un estudiante de secundaria que la ha comprado de segunda mano; un amante del trial cuyos padres no le dedican demasiada atención y que no tiene suficiente dinero para poder costearse una bicicleta de primera mano. Ahora los dos son legítimos propietarios de ella, pero mientras que Cui la necesita para poder sobrevivir, para ganarse el sueldo que le permite residir en Pequín, el otro crío sólo la usa para poder presumir ante su grupo de amigos y rondar a la muchacha que ama, enamorada del típico pandillero de su barrio. Al final los dos compartirán el mismo medio de transporte, pero lo utilizarán con distintos fines, naciendo así unos lazos fraternales que se complicarán cuando cada uno luche por su propia causa.

Pantalla Invisible




Xiaoshuai es un tipo que pertenece a la sexta generación de realizadores chinos y que siempre ha querido mostrar las difíciles relaciones humanas que existen entre sus propios conciudadanos. Buena muestra de ello la tenemos en las urbanitas Sueños de Shangai (2006) y In Love We Trust (2007), dos producciones que son definitorias de ese individualismo que parece marcar un punto de inflexión identitaria con las tradicionales costumbres chinas. La Bicicleta de Pequín es anterior a ellas, pero no fue la primera en explorar esos complejos lazos de unión que se establecen entre esos inmigrantes que han abandonado sus pueblos en el campo para poder buscar mejores salidas económicas y los habitantes de esas caóticas ciudades asfixiadas por la polución, gente moderna que sigue el lema de “un país, dos sistemas”, con una mente completamente alineada al ritmo que marca la urbe, igual que esas transformaciones arquitectónicas que pretenden limpiar los barrios de chabolas para ofrecer una imagen expansionista y moderna al resto del mundo. Pero sí en Suburban Dreams (1999), las oportunidades que se podían encontrar en una megalópolis eran presentadas en clave de comedia, en su siguiente drama urbano, es decir, el filme que nos ocupa, varió completamente de registro para poder explicar las dificultades que entraña el hecho de ser un recién llegado de las afueras e intentar abrirte paso entre la maleza urbana. Sí, el discurso es el mismo, pero la intencionalidad es completamente inversa, pues no hay ni un ápice de alegría en las vidas de estos dos chavales que comparten medio de transporte y cuyos padres lo han tenido francamente mal para poder levantar la economía familiar. Por lo tanto estamos ante un relato de ficción que entraría en los márgenes del docudrama si no fuera por la expresa voluntad de Xiaoshuai de hacerla cinematográfica, ya que ha trabajado a consciencia la narración, con constantes montajes en paralelo entre el día a día de ambos chavales, y con una música que intenta marcar un ritmo incesante para que no se haga tediosa.

Pantalla Invisible



Aún así aflora el espíritu indie, ya que muchas escenas han sido rodadas en plena calle sin los permisos necesarios, pues se aprecian las miradas curiosas, inocentes y expectantes de diferentes personas anónimas que actúan como figurantes naturales ante un drama que al final (casi) roza la tragedia.

Lo más interesante es comprobar la funcionalidad y el sentimentalismo que emana de la propia bicicleta en sí, que como un personaje más se distancia de su mera condición de objeto de transporte, evolucionando al mismo ritmo y tiempo que sus usuarios (y recibiendo literalmente los mismos palos que ellos). Hay una especie de psicología en ella, ya que a veces es utilizada para trabajar, otras para fardar, otras para defenderse y huir e incluso sirve para flirtear. Vamos, que su intencionalidad emocional va variando en función de su uso. Y aunque este detalle pueda pasar desapercibido desde el punto de vista occidental, para el público mandarín no lo es, pues para muchos de ellos no sólo es un transporte con el que desplazarse a trabajar; para muchos chinos no deja de ser una parte más de sus cuerpos e incluso un familiar más. Esta condición excelsa está perfectamente retratada en el carácter de ambos personajes; es tal el apego que sienten por la bicicleta en cuestión, que la veneran como si fuera una divinidad taoísta o budista más. En definitiva, una producción sencilla que ofrece una mirada urbana de la China más cotidiana a través del medio de transporte más utilizado, y que nos permite comprobar como en pocos años ha variado sustancialmente la fisonomía arquitectónica de sus grandes núcleos urbanos. Aún así la bici sigue utilizándose, ajena a cualquier cambio político o económico, siendo pues unos de los signos idiosincrásicos nacionales de la vieja república popular comunista.

Ediciones disponibles: editada en su día en DVD por Mangafilms, actualmente descatalogada. En Inglaterra fue comercializada por Tartan Video.




Pantalla Invisible

La sección en donde se dará a conocer obras perdidas del cine, de ayer y de hoy, con el objetivo de que lleguen al espectador con mayores inquietudes cinéfilas

Actualización: Lunes.

Blog administrado por Eduard Terrades

ARTICULOS DE PANTALLA INVISIBLE

Buscar PANTALLA INVISIBLE en

Buscar PANTALLA INVISIBLE en NEWS









© Revista Fandigital.es 2000-2015
Revista iPad / | Contactar