Todo dependía de Hideo Kojima, un creativo cuyo Metal Gear se había convertido en la marca más rentable de Konami, después de la caída en desgracia de sus Contra, Gradius, Castlevania y, en menor medida, Pro Evolution. Son solo algunos de los nombres de una compañía veterana que en sus tiempos clásicos golpeaba cada temporada con un puñado de títulos hechos para trascender, que formaban sagas que con la llegada de la generación de Playstation 2 comenzaron a languidecer, y que con la de Playstation 3 quedaron bajo mínimos.
El problema de una dependencia tal, es que el riesgo crece. E Hideo Kojima llevaba tiempo queriendo retirarse, algo que terminó degenerando en una salida traumática entre rumores de despido y que ha tenido una víctima colateral: el Silent Hill que supervisaba Guillermo del Toro con el protagonismo virtual de Norman Reedus (el rumor, que Hideo Kojima tras su salida no permitió el uso de su Fox Engine).
Pues bien, mientras la guerra se vive a base de declaraciones y desmentidos, las repercusiones económicas no se han hecho esperar. Konami no solo vive del videojuego, pero tiene un nombre muy asociado a él. Y los últimos acontecimientos han encontrado como supuesto desenlace la salida de la compañía de la bolsa de Nueva York. ¿Estamos ante algo grave o puramente anecdótico?
En realidad, el paso que ha generado numerosos comentarios apocalípticos de forma precipitada fue anunciado ya en noviembre de 2014, y el 1 de abril de este mismo mes realizó todo el papeleo necesario, tal y como se señala en medios como ScreenRant. En Konami se explicó en su momento que más del 99% de sus negocios bursátiles se llevan a cabo entre Japón e Inglaterra, con lo que la bolsa estadounidense tiene poco (o ningún) papel en su estrategia. Sea como fuere, por tanto, los movimientos claves para la salida de la bolsa norteamericana son anteriores al desenlace con el tema de Hideo Kojima.
Es importante destacar que aunque muy asociada al videojuego, las máquinas de premio, los clubs de salud y ejercicio son algunas de las principales fuentes de ingresos de la empresa nipona. Queda por ver si el nuevo Metal Gear sale bien librado de todas las controversias, y si el futuro deja margen para nuevas sagas o recuperar alguna de las más maltratadas.